#138
Loormelotte escribió:
La mente de Carmelo navegaba en aguas turbias su consciente era incapaz de explicar al subconsciente como había terminado en aquella situación. De las dos figuras en en un principio adivinaba solo una era real. Su mujer, santa y pulcra, buena señora donde las haya solo era fruto de su imaginación. Allí in corpore presente estaba la doctora, enfundando sus manos en unos guantes de latex.
Carmelo tumbado boca arriba en la camilla, maniatado sentía como un escalofrío le recorría el cuerpo hasta terminar en un incómodo sudor allá en la raja del culo.
Repasaba mentalmente lo que había sucedido, ¿como había terminado en esa situación?. La doctora repasaba el instrumental que tenía meticulosamente preparado. La policía arremetía contra la puerta con violencia pero esta no cedía.
-Tus labios, son tus labios- Ella sonrío...-En efecto Carmelo, sabiendo de tu llegada y conociendo tu ímpetu cautivador de varón macho y pelo en pecho sabía que me ibas a robar un beso. Así que preparé un fuerte sedante que te dejaría inconsciente durante unos minutos-.
-¿Pero como es posible?-
-Eres previsible Carmelo, sabía que tenías que venir a pedir recetas para tu maltrecha boca. Conociendo tu ímpetu y paciencia sabía que vendrías cualquier día de imprevisto sin pedir cita. Cuando la enfermera me avisó que había un paciente sin cita previa con pinta rara y que parecía llevar ropa interior rosa, supe que eras tu-
En efecto, las bragas de Carmelo colgaban del brazo de una silla, su rosa pálido rivalizaban con el color de sus pelotas. El peso que estrangulaba su gónadas mantenía el flujo de sangre a raya.
La doctora untó su mano enguantada en abundante vaselina mientras se acercaba al cuerpo atrapado de Carmelo.
-¡¡Arriba las manos, baje ese dedo lubricado!!-
Los agentes de la ley habían conseguido derribar la puerta entrando en escena...continuara?
-¡No sin antes hacer una inspección rectal a este condenado a muerte!- dijo la seductora y sádica doctora, mientras señalaba a unos cables de la puerta y la camilla - Todo está conectado a un terminal en la otra esquina de la habitación. Cualquier movimiento no permitido por mi y esta sala será llenada de una bacteria modificada genéticamente por mi, capaz de devorar carne y multiplicarse al exterior.
-¡Es un farol! - decía un policía homosexual que sonría a Carmelo- ¡tu también morirás!
-No, es imposible, yo tengo el antídoto y lo he comido. No habréis pensado que podríais engañar a una titulada en medicina, que ha hecho el MIR gracias a España. Soy más inteligente que una ardilla, muhahahaha-
Su risa era como de una maniaca, llena de odio hacia ese hombre que estaba en su camilla, y en lo más profundo de su ser, ella sabía por qué. NO LE HABÍA DADO EL DNI A SU MARIDO EN EL INEM, su marido sólo quería rellenar unos datos, y ese hombre, peludo, y sin pelotas, lo había humillado hasta tal punto, que tuvo que coger una baja laboral por lo que le redujeron el sueldo en un veinte por ciento.
Los policías como hienas rancias, comenzaron a revisar los alrededores y descubrieron un gran bidón con las letras "BIOHAZARD" detrás de una pared plexiglás, en la otra esquina del habitación donde ese hombre de bragas rosas yacía.
-Rápido -dijo el jefe del pelotón- llamad al Ministro, el sabrá que hacer.
-Señor, está en una reunión con Perez Reverte - dijo el afeminado policía, que seguía mirando las braguitas de Don Carmelo de Villaconejos de Arriba.
Mientras tanto, la doctora procedía a ese tacto rectal, previo a otras escalofriantes pruebas, como someter a su paciente a comer canela en polvo, algo inédito en internet y que nadie había conseguido. Tenía que publicar con artículo científico con ese experimento.
A todo esto, le decía a Don Carmelo de Villaconejos de Arriba - ¿te acuerdos de aquél funcionario flacucho al que te negabas dejarle el DNI? Pues era mi marido- Su mirada era de un odio atroz, no podía entender como alguien podía humillar así a los eficaces funcionarios del INEM...