Yo no sé qué tienen en la cabeza los que mandan en Madrid y sus secuaces en Catalunya, pero desde luego la lógica de los enfrentamientos políticos no la tienen bien asumida.
Yo no sé cómo acabará esto, ni la crisis puntual de estos días ni a largo plazo, pero lo de ayer pasará factura, tanto por el hecho en sí como por las formas. Trataron a gente normal como si fueran delincuentes de sangre. A una madre la detuvieron mientras llevaba a sus hijos al colegio, a los que tuvo que mandar en taxi. Intentaron entrar en la sede de un partido político sin orden judicial... Yo no sé cómo lo llamáis a eso, pero respeto a la legalidad no es. Por cierto, el PP, que tanto llama a cumplir la ley, se la pasa por el forro cuando le interesa, incumpliendo sentencias firmes continuamente.
Esta gente se ha cargado el poco consenso que podía quedar sobre el posfranquismo, ellos solos. Están encendiendo ellos solos las mechas de un artefacto que parece que quieran que explote. Por suerte, la gente en Catalunya está respondiendo pacíficamente. Y esperemos que siga así.