Buenas tardes.
Apasionante asunto. El problema con la fórmula de Sabine es que asume "alfa" como la media del coeficiente de absorción, y además lo toma como continuo cuando no lo es.
Un oyente situado en una iglesia al lado de un tapiz o una cortina, no oye lo mismo que otro situado en la misma iglesia al lado de una pared de piedra u otro situado en el centro de la nave, ya que la cantidad de sonido directo y reflejado, primeras reflexiones, ecos... no son las mismas dependiendo de su posición. Calcular una media del coeficiente de absorción no me parece tarea fácil (además de parecerme poco útil, ya que cada posición de escucha tendrá uno diferente). Además, lo interesante sería calcular ese coeficiente en el lugar preciso donde se realiza la toma y en todas las frecuencias del espectro.
Pensar la reverb como un todo indisoluble puede llevar a error, ya que no se da así de forma ideal. El auditorio de Oviedo, por ejemplo, produce un sonido clarísimo y descarado cuando estás sobre el escenario, pero resulta en un sonido vago y un poco "nebuloso" cuando pasas al patio de butacas. Es decir, parece haber más de una acústica distinta dentro de la misma sala. Lo mismo ocurre en el Campoamor, donde los diletantes se dan de tortas para coger determinadas localidades porque dicen que suena mejor.
Por otra parte, el coeficiente de absorción no es lineal, ya que varía con la frecuencia: a baja frecuencia, coeficiente x, y a altas frecuencias, coeficiente y. Utilizar una media de absorción a una sola frecuencia es simplista, ya que no recoge la riqueza acústica de determinado recinto.
En mi experiencia, el volumen (entiéndase dBs, no capacidad) y la frecuencia cuentan. Lo que yo oigo (a lo mejor es cosa mía, pero así lo percibo), es que cuando un instrumento toca solo, no excita la acústica de igual manera que si lo hace un pepinazo orquestal. Del mismo modo, un portazo en una catedral (hojas de 5 metros de alto por tres de ancho), no excita la acústica de la misma manera que lo hace una palmada (luego la frecuencia cuenta).
Alguien escribió:
el tiempo de reverberación lo que en realidad mide es el tiempo que tarde en decrecer 60 dB el nivel de presión sonora en la sala
Efectivamente, pero aún así, hay reverbs que se extinguen de forma uniforme: unas hacen BUUUUUUUMMMMM (véase cada letra más pequeña que la que le precede), y otras Bum, Bum, Bum, Bum... (como una suma de ecos). Es decir, para un mismo tiempo en alcanzar los -60 dBs, dos reverbs pueden sonar totalmente diferentes.
Mi opinión (y seguramente equivocada), es que aunque muchos de los factores que determinan una reverb o acústica son teóricamente mensurables por separado, lo complejo de sus interacciones una vez juntos, hace casi imposible establecer una fórmula satisfactoria. La prueba está en que muchas salas de concierto medidas y probadas en modelos informáticos antes de su construcción, resultan una cagada una vez llevadas al ladrillo.
Lo que yo oigo es que un triángulo no produce la misma reverb (tanto en longitud como en "cualidad") que un golpe orquestal debido a la diferencia de volumen y frecuencia.
Un saludo.