Se que no es el mejor lugar, pero puesto que no visito otra parte de este foro, no hay otra parte adecuada donde dar cabida a este hilo.
Como tal no tiene ningún fin, tan solo ayudarme a soltar parte de lo que llevo dentro y llevar mejor el que hasta hoy, es el golpe más duro que la vida me ha dado.
En estos días se cumple un mes, desde que el puto cancer apagó la vida de mi padre de forma prematura. Una asquerosa enfermedad que no nos ha dado ninguna posibilidad de lucha, pues cuando quiso salir a la luz, ya era demasiado tarde, estaba muy fuerte, agresiva y muy extendida. Ni tan siquiera nos dio tiempo de enfrentarnos al golpe, se diagnosticó y en dos meses se lo llevó. No era justo, no le tocaba, a sus 57 años, tras toda una vida trabajando, sin conocer vacaciones, ni bajas, ni estar parado un sólo día, se le planteaba un porvenir tranquilo, ya sólo le quedaba empezar a disfrutar de la vida... pero se lo llevó. La vida es así de injusta y así nos ha tocado tenerlo que vivir. Para estos golpes es imposible mentalizarse, ni prepararse, sabes que esto ocurre cada día y nos ha tocado tener que vivirlo.
Sobre la enfermedad sólo obtenemos consuelo en pensar que tan rápido ha transcurrido que ni tiempo de sufrir ha tenido, tras vivirlo, no podemos ni imaginar la tortura que supone para las personas que viven o han vivido una situación parecida con un desarrollo más lento y cruel.
Lo que hoy soy, como soy, como pienso, como lucho, todo ello se lo debo a él. Su cultura del trabajo duro, del esfuerzo y el tesón de luchar hasta el final, son valores que jamás podré dejar de agradecerle. Pese a todo, hasta sus últimos momentos, fueron una lección de vida impagable, dos días antes de su final, por sus cojones y cabezonería era capaz de levantarse de la cama del hospital para caminar aunque fuesen 10 pasos y forzar su cuerpo a seguir combatiendo para asombro de médicos y enfermeras. Son imágenes que te marcan para toda la vida, no dar una batalla por perdida jamás.
Sirvan estas palabras como tributo para la persona que me dio todo lo que pudo, me enseño todo lo que supo, y de lo que no, me enseño a lograrlo por mi mismo.
caminante no hay camino, se hace camino al andar... allí donde estés te quiero papá.