Como suele decir mi padre, para lo que nos queda, vivamos la vida de la mejor manera posible. Y así es, el hombre se cuida, no comete excesos, pero no se priva de lo que le apetece, y a pesar de que sus hijos, uno de ellos yo, le damos la brasa con que ha de cuidarse más, hacer algo de ejercicio, y comer algo más sano, no puedo evitar pensar, que en su situación, y habiendo vivido la experiencia de perder tantas personas queridas en tan poco tiempo, seguramente también me harían replantearme la forma de vivir mi vida.
Estoy convencido de que aún le quedan muchos años a mi padre por delante para seguir dando guerra, pero no le pierdo ojo tras haber visto como sus amigos de edades parejas se han ido al garete en un tres y no res.
Y es que al final de todo . . . somos una puta mierda, polvo somos y al polvo volveremos.
Un abrazo Carmeloc y que te mejores.