Alguien escribió:
Mikolopez #32 : Si alguien interesado en el flamenco y con formación clásica se resiste a usar los términos flamencos es parecido a que alguien que no hable español e interesado en el Quijote se empeñe en leerlo en inglés.
Lo has dicho muy bien: mi venerado Bartok poco habría hecho (bueno quizá mucho, pero en otro estilo) si no se hubiera arremangado y acercado con humildad para entender lo que otros cuentan con sus lenguajes.
Una cierta sensibilidad hacia la 'diversidad biológica' nos obliga a esforzarnos por entendernos todos, a fin de no perder los que seguro tiene de bueno cada uno. Y además es muy divertido (como lo es este hilo).
Para terminar de liarla, y ya que han desfilado por aquí los mexicanos, los argentinos y los flamencos, voy a hacer gala de mi origen gallego, aunque no venga muy a cuento con la pregunta, sí encaja con la deriva que ha tomado el hilo.
También las músicas gallegas eran especie en peligro de extinción. Recuerdo haber conocido a Ricardo Portela, que nos parecía un entregado amante de la gaita a título particular (al que mis padres alquilaban un piso para que pasáramos los veranos). Se reunía los domingos con unos familiares en el piso superior y nos 'amenizaban' la tarde con sus muñeiras.
Años después (ya muy mayor y cercano a su muerte) la revitalización de lo 'regional' en España hizo que una nueva generación de gaiteros lo encumbrara (merecidamente) como el único practicante (y por tanto su único enlace) con el toque 'pechado' (que significa 'cerrado' en gallego: una digitación muy oclusiva de los agujeros de la gaita que consigue un sonido más cálido, menos estridente). Este toque, entonces, únicamente pervivía en su memoria y en sus dedos, a los que acudieron para aprender, dado que la gaita era inexistente en las escuelas, recluida como mero instrumento popular. A día de hoy todos los años hay en Galicia un festival memorial Ricardo Portela y es una referencia habitual en este ámbito. Sin que necesitara saber de grados, supo hacer y comunicar enormes dosis de música y sensibilidad hacia la importancia de un buen timbre e implantar esa huella en una amplia generación que ha sabido recoger el testigo.
También en Galicia hay ahora cátedras de música celta y de gaita, como en Andalucía las hay de flamenco, o, según nos dicen, en algunos conservatorios de México aprenden a convivir con la práctica común de otras formas de expresar. Tampoco hemos desterrado la ensañanza del cifrado barraco y su práctica en los que escogen ese tipo de música para su formación, aunque actualmente podríamos extinguirla absorbiéndola en otras formas de notación.
Tener escuela nos ayuda a entender con mucha más facilidad a los demás, esa es una de las ventajas que ofrece. Y manajar varios modelos de comprender las cosas siempre ayuda.
Lo de primera, segunda y tercera es muy divertido y coloquial, no parece pretender ir mucho más allá, y si acerca a muchas personas (en México en este caso) a la práctica y el cariño hacia lo que nos entra por las orejas bienvenido sea. Muchos habrán querido después visitar otros territorios y no creo que esa escuela sea tan mala como germen (al fin y al cabo delata ya las tres funciones tonales, y las ordena en su 'distancia' frente a la estabilidad de la tónica).
Para terminar de disfrutar con la cuestión la analogía con las marchas del coche es también buenísima (mete segunda, pasa a tercera, vuelve a primera y frena). En ese caso 'tocar de oído' es algo así como 'pon el automático', supongo.
Que nos nos falte el buen humor en las respuestas cuando no falta tampoco en las preguntas.