Marcos Librán escribió:
#171
Un buen ejemplo de lo que se puede hacer manejando las librerías esas debidamente... aunque aquí el motivo no está tan obsesivamente presente como en los temas presentados antes, cosa que te ha permitido jugar con otros elementos. Claro, que es cosa nuestra el habernos autolimitado al utilizar el motivo repetidamente.
Gracias por el comentario! Lo voy a aprovechar para contar algo más "musical" (se viene rollo, aviso).
Absolutamente todo lo que hay en mi minuto, salvo literalmente dos notas (e incluso estas son discutibles porque son parte del motivo invertido) son el motivo de Encuentros. Es decir, que está obsesivamente presente pero camuflado, pero de principio a fin no hay nada más.
Con más tiempo o haciendo el tema más largo hubiera podido jugar mucho más con él. En este caso lo único que he hecho ha sido aumentarlo o disminuirlo (hacerlo más rápido en semicorcheas o más lento en negras, para entendernos), desplazarlo en diferentes octavas, interrumpirlo a la mitad, un poquito en algún sitio de inversión. La inversión es simplemente hacer el motivo "en espejo" (del tono inicial, tono mayor arriba, tercera mayor abajo, etc, pasarlo a tono inicial, tono mayor abajo, tercera mayor arriba, etc). Además en varios sitios simplemente lo he rearmonizado, claro, como en el seg 22-23. Para algunos acentos, incluso de la percusión, he usado simplemente las últimas tres o dos notas de del motivo (una quinta hacia arriba), que ya de por tiene un movimiento resolutivo sin tener que hacer nada
Las dos figuras de la intro son dos motivos pegados pero interrumpiendo a la mitad el segundo, y cuando se repite octava abajo, se añade el motivo inicial tal cual en el registro grave. La parte de la melodía de los violines es simplemente el motivo pegado tres veces y moviéndolo de tono para crear la melodía, después frena para hacer el motivo tal cual pero rearmonizado para poder modular a mi bemol. Incluso el jaleo del final son el motivo invertido repetido varias veces y con diferente valor rítmico (tresillos, corcheas y semicorcheas a la vez). Y la única diferencia en modo son las 5 notas finales, en que he cambiado el motivo de modo (del mayor en el que está a medio-octatónico).
Cuento todo este rollo porque con un simple motivo de 5 notas, simplemente jugando con él, se le pueden dar muchas vueltas (yo ni siquiera he usado retrogradación) y extraer de él casi todo, tanto la melodía como los acompañamientos o texturas, y esto aplicado a nuestra propia música es una herramienta cojonuda para que haya variedad manteniendo la unidad. El oyente (al menos el oyente atento, pero casi que cualquiera lo puede notar inconscientemente) percibe que todo está más o menos relacionado y tiene pegamento, aunque sea muy variado. Para darle mucha variedad a pesar de estar basado en 5 notas también he jugado mucho con la orquestación y el tempo, claro.
Os he soltado un rollo, pero es que precisamente este reto me lo he tomado por ese lado, porque muchas veces en nuestros temas no nos paramos a trabajarlos musicalmente en este sentido (al menos yo)

No lo he conseguido del todo, pero como ejercicio viene guay (además siendo el reto del minuto de John, el propio John es un p*to amo haciendo este tipo de cosas).