Ya me perdonaréis si ya he abierto algún hilo sobre este tema con alguno de los enfoques que caben a lo largo de estos diecisesis o diecisiete años en los que vengo escribiendo aquí.
Estaba escuchando este tema de carácter promocional de Nord, y he visto a estos cuatro músicos negros, y me ha aflorado la cosa esa del calificativo habitual que se les atribuye a todos los felices usuarios de esa raza: lo del ritmo , que si el groove, el soul (en este caso el funky, y, sí, predomina eso.
Lejos de utilizar lo racial como un mérito (y menos un demérito, vamos que a la primera zafiedad racista, denuncia a la moderación), sí que salen las cuentas: este grupo heterogéneo (no sólo es cosa de afroamericanos estadounidenses, también negros antillanos, sudamericanos, y africanos, que por cierto han tenido varias apariciones a lo largo de la historia de la música popular moderna, el Pop), ha traído elementos rítmicos, melódicos, de estilo, un gusto justamente (o varios gustos a lo largo de distintos periodos y a veces al tiempo, que han venido varias cosas y algunas bastante diferenciadas).
Una música popular sin rock and roll, un rock sin blues, una balada moderna sin jazz, un rap sin todo junto; ¿se puede pensar en esto sin advertir que fueron los negros los que trajeron, principalmente de África, el blues, el ragtime, el banjo, fusionado con veinte cosas; pero cantado y con el ritmo (y el baile) que aprendían los niños negros cuando sólo bailaban en la calle los niños negros o los gitanos?
No hace falta que traiga al debate el ejemplo de los africanos que irrumpieron en los 60, o los de los 80, o a Hendrix, o a BB King o John Lee Hooker.
El rock (el pop en general, aunque asociéis Pop a comercial) ha sido internacionalista, se ha nutrido de todo, ha sido pro libertades y ha bebido y vivido del atrevimiento (incluso de la protesta y la contestación, no todo ha sido conformismo ñoño, incluso conciertos bien queda).
Los blancos se quedaban embelesados con los músicos negros desde finales de los 40 y ya en los 50 había bandas mixtas, sobre todo en las de jazz.
Pero lo justo es que sin este elemento de desparpajo, de gracia, de chispa, tan de ritmos llenos de matices y sin músicos con tanta inventiva como la de Monk o solvencia como la de Ellington, todo esto sería mucho más soso.
NORD LIVE: Mr Klynik - Stank Face, 2021
Estaba escuchando este tema de carácter promocional de Nord, y he visto a estos cuatro músicos negros, y me ha aflorado la cosa esa del calificativo habitual que se les atribuye a todos los felices usuarios de esa raza: lo del ritmo , que si el groove, el soul (en este caso el funky, y, sí, predomina eso.
Lejos de utilizar lo racial como un mérito (y menos un demérito, vamos que a la primera zafiedad racista, denuncia a la moderación), sí que salen las cuentas: este grupo heterogéneo (no sólo es cosa de afroamericanos estadounidenses, también negros antillanos, sudamericanos, y africanos, que por cierto han tenido varias apariciones a lo largo de la historia de la música popular moderna, el Pop), ha traído elementos rítmicos, melódicos, de estilo, un gusto justamente (o varios gustos a lo largo de distintos periodos y a veces al tiempo, que han venido varias cosas y algunas bastante diferenciadas).
Una música popular sin rock and roll, un rock sin blues, una balada moderna sin jazz, un rap sin todo junto; ¿se puede pensar en esto sin advertir que fueron los negros los que trajeron, principalmente de África, el blues, el ragtime, el banjo, fusionado con veinte cosas; pero cantado y con el ritmo (y el baile) que aprendían los niños negros cuando sólo bailaban en la calle los niños negros o los gitanos?
No hace falta que traiga al debate el ejemplo de los africanos que irrumpieron en los 60, o los de los 80, o a Hendrix, o a BB King o John Lee Hooker.
El rock (el pop en general, aunque asociéis Pop a comercial) ha sido internacionalista, se ha nutrido de todo, ha sido pro libertades y ha bebido y vivido del atrevimiento (incluso de la protesta y la contestación, no todo ha sido conformismo ñoño, incluso conciertos bien queda).
Los blancos se quedaban embelesados con los músicos negros desde finales de los 40 y ya en los 50 había bandas mixtas, sobre todo en las de jazz.
Pero lo justo es que sin este elemento de desparpajo, de gracia, de chispa, tan de ritmos llenos de matices y sin músicos con tanta inventiva como la de Monk o solvencia como la de Ellington, todo esto sería mucho más soso.
NORD LIVE: Mr Klynik - Stank Face, 2021