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Desde Colombia nos llega la bizarra historia del dj Richard Semmler que lleva casi cuatro años programado música en ‘El Gran Buda’, un club de La Paz. Pincha de lunes a jueves de 2 p.m. a 2 a.m. Viernes, sábados y domingos termina a las 4 a.m y es... discapacitado. Pero el asunto no queda aquí, lo peor de todo es que nos enteramos de que este dj con graves problemas de movilidad cobra poco más de 7 euros por 12 horas de trabajo.
Según cuenta la cróonica a los dos años, la parte baja del cuerpo de Semmler comenzó a deteriorarse. Los médicos dijeron que su condición era hereditaria, pero nunca supieron exactamente de qué sufría. “Me fui para los EEUU, a Nueva York, donde pasé un año y medio, tiempo en el que me hicieron dos operaciones. Lograron mejorarme, pero, por falta de dinero, no pudieron realizarme otras dos intervenciones que necesitaba”, cuenta Semmler. “Pero bueno, así es la vida.”
Aunque es claro que el día a día de este disk jockey es difícil, él no es un hombre que suele pensar en cosas negativas. La música le ofrece un escape de su condición, y como él mismo dice, “yo me meto en el sentimiento de la gente. Trato de darles amor y alegría.”
Para mas ruina su jefe, un tal Hernán Plata, propietario de ‘El Gran Buda’, asegura que Semmler tiene mucho éxito en su misión de hacer sacudir el trasero. “Tiene muchos seguidores que lo quieren y lo aprecian bastante. Él atrae a mucha gente”. “¿Entonces le vas a subir el sueldo?”, le preguntan descaradamente. Plata se incomoda. “Pues, por ahora no, pero le va muy bien y gana buena propina”.
Desde Colombia nos llega la bizarra historia del dj Richard Semmler que lleva casi cuatro años programado música en ‘El Gran Buda’, un club de La Paz. Pincha de lunes a jueves de 2 p.m. a 2 a.m. Viernes, sábados y domingos termina a las 4 a.m y es... discapacitado. Pero el asunto no queda aquí, lo peor de todo es que nos enteramos de que este dj con graves problemas de movilidad cobra poco más de 7 euros por 12 horas de trabajo.
Según cuenta la cróonica a los dos años, la parte baja del cuerpo de Semmler comenzó a deteriorarse. Los médicos dijeron que su condición era hereditaria, pero nunca supieron exactamente de qué sufría. “Me fui para los EEUU, a Nueva York, donde pasé un año y medio, tiempo en el que me hicieron dos operaciones. Lograron mejorarme, pero, por falta de dinero, no pudieron realizarme otras dos intervenciones que necesitaba”, cuenta Semmler. “Pero bueno, así es la vida.”
Aunque es claro que el día a día de este disk jockey es difícil, él no es un hombre que suele pensar en cosas negativas. La música le ofrece un escape de su condición, y como él mismo dice, “yo me meto en el sentimiento de la gente. Trato de darles amor y alegría.”
Para mas ruina su jefe, un tal Hernán Plata, propietario de ‘El Gran Buda’, asegura que Semmler tiene mucho éxito en su misión de hacer sacudir el trasero. “Tiene muchos seguidores que lo quieren y lo aprecian bastante. Él atrae a mucha gente”. “¿Entonces le vas a subir el sueldo?”, le preguntan descaradamente. Plata se incomoda. “Pues, por ahora no, pero le va muy bien y gana buena propina”.