Alguien escribió:Igor no tenía la más mínima intención de hacer nada ni ortodoxo, ni sencillo...
A medida que la técnica instrumental se perfeccionaba y los fagotistas tocaban mejor el solo inicial, Stravinsky lo iba subiendo un semitono, "pa joder"... Algo similar le pasaba a Richard Strauss (endiabladamente difícil de tocar incluso un siglo después), que se agarraba unos cabreos de pelotas cuando los instrumentistas empezaron a poder tocar literalmente lo que escribía.
Sobre lo ortodoxo o complicado de la Consagración, hay mucha más sencillez de lo que creemos, mucho más Haydn de lo que parece, y menos transgresión de lo que nos gustaría. La Consagración son escenas de la Rusia pagana, donde un grupo tribal sacrifica una doncella en honor a la madre tierra: la música y el baile no hacen más que reflejar esa brutalidad, y la brutalidad no es refinada, precisamente...
Por otra parte, el ritmo es mucho más sencillo de lo que parece. Stravinsky usaba lo que se llama "kronos prothos" (ritmo primigenio, vendría a ser la cosa), que es la unidad de tiempo (ritmo) mínima, indivisible, de la que surge todo lo demás y que se puede agrupar como mejor convenga, pero ese pulso o motor que genera el ritmo es siempre el mismo. Lo que complica la cosa es cómo Stravinsky coloca la barra de compás, donde le sale del bolo, adrede, para que no haya una intención de acento, que todo sea un fluir contínuo rítmico (nada que ver con la melodía infinita wagneriana que tanto criticó). Pretendía algo similar al gregoriano, donde no hay barra de compás y el ritmo viene determinado por el texto. La Danse Sacrale final, es un batiburrillo rítmico a la vista, pero si la escuchas, es un 2/4 mondo y lirondo, pero el que la barra de compás caiga ahora aquí, ahora allá, hace que fluya. La complicación surge al pensar en compases y líneas divisorias, pero si se piensa en "Kronos Prothos", la cosa es mucho más sencilla.
Lo mismo ocure, por ejemplo, en la "Marche Royale" de la "Historia del Soldado" (y en toda la obra en general), donde escribe un pasadoble con 5/8, 2/4, 3/8, 3/4..., pero el "puncha-puncha" sigue ahí. Piensas en compases y estás jodido, piensas en corcheas (que es, en este caso, la unidad del "Kronos Prothos"), y está hecho.
Circula una historia (no sé si cierta o mito alimentado) sobre la primera vez que Stravinsky vino a España a dirigir la Consagración. Se dice que, ante la dificultad que representaba para los maestros de la orquesta (no recuerdo cuál, imagino que la Nacional), se hizo una versión toda en 2/4. Hay quien jura y perjura haber visto dicha edición.