Vamos a abordar en tres tutoriales introductorios las generalidades de las tres fases clásicas en el registro de audio: grabación (multipista casi siempre), mezcla o producción, y masterización (mastering). Empecemos por el principio.
Un mal común que todos hemos sufrido más de una vez y tema recurrente en nuestros foros: muchos equipos de audio generan ruido al ser conectados por USB a un ordenador. Te contamos el porqué y una solución eficaz que puedes montar tú mismo casi sin coste.
Aprovechamos una sala con paredes muy paralelas y poco tratadas para mostraros el fenómeno de los modos propios. Una ocasión de escuchar con mucha claridad su efecto sobre el material grabado.
Hace ya años que los ordenadores portátiles tienen capacidad sobrada para permitir la producción de música en movilidad. Ahora bien, ¿podemos decir lo mismo de la producción de música orquestal, considerando los altos requisitos de sus librerías y la complejidad de sus arreglos?
Tras unas pruebas en Cubase, Ableton Live, Logic Pro X, y Audacity, os contamos el origen de un extraño problema que más vale conocer y tener en cuenta. Otra pega poco conocida del formato MP3 que hemos de añadir a las más habitualmente comentadas.
Usar MODX y Montage vía MIDI con un secuenciador y DAW es fuente habitual de problemas por no haber entendido bien cómo actúan a ese respecto. Tras pruebas exhaustivas, os aclaramos el uso de sus tres modos, demasiado brevemente descritos en los manuales.
¿Sabes ya cómo proteger la autoría de tus creaciones? Te enseñamos cómo y dónde registrar tus obras musicales para evitar futuros problemas. ¡Prevenir es curar!
Al contrario de lo que muchos novatos pueden pensar, tener un gran equipo de grabación no garantiza automáticamente un gran sonido grabado. Hace falta algo más que eso.
Con la vuelta indiscutible del vinilo como soporte para pinchar en nuestras sesiones vuelve también un problema acuciante en este formato: las inevitables vibraciones que de manera más o menos persistente nos encontramos en cabina cuando usamos giradiscos.
Cuando el procesamiento de señal va sincronizado con el pulso de la pista, todo suena mucho más fluido en la mezcla. Este principio se aplica a compresores, delays, moduladores, y especialmente a la reverb.