Personal (blogs de usuarios)

  • Cuarto Capítulo: Cuando cae el otoño

    Era ella. Era el amor. Ambas cosas juntas formaban aquella respuesta que no entendía. Era la respuesta que tanto su razón como su sentido común le dictaban y que sin duda vislumbró en la hora cero, antes de que parasen los relojes. Justo después de que la luna asomase por el balcón de la noche.

    Eran hojas caídas, eran aguas turbias, eran días cortos.

    Eran voces apagadas, lágrimas dulces, eran estaciones fugaces.

    Era, al fin, una canción con una letra conocida, con unas notas y unos acordes que ya no debían esperar su turno dentro de un cajón, ni en el fondo del cofre del viejo desván.

    Y pasó el otoño, y llegó un invierno, un invierno fugaz que daba paso a la música.

    el 05/02/20062
  • Tercer Capítulo: La hora cero

    La magia ha surgido de nuevo, “por fin la razón y el sentido común han logrado hablar el mismo idioma que yo”. Había entendido sus respuestas. Tuvo que esperar a la hora señalada en su reloj de arena, al día rodeado en rojo en su calendario de pared. En el fondo, en algún rincón, tenía guardada la esperanza de entender, de encontrar respuestas a preguntas autoformuladas. A veces olvidaba que guardaba en un cajón las fotos y las cartas que enmarcó en su memoria. Pero el olvido era poderoso. Olvidaba que también guardaba un cofre repleto de esperanzas, de optimismo disfrazado de felicidad. Allí guardaba, también, los restos del naufragio en las costas de la Isla Feliz. Ese cofre casi sin fondo también era guardián de sonrisas, acordes, notas interpretadas sabiamente por la lluvia de abril.

    Cada vez que abría el cofre decía siempre lo mismo: “me arrepiento de no arrepentirme de no quererte sin contemplación”. Porque sabía que todo el amor que lograse reunir no era lo bastante comparado con el sentimiento que sabía que se apoderaría de él al día siguiente. Porque sabía a ciencia cierta que ella era merecedora de más amor aún, siempre, en el pasado, en el presente y en el futuro.

    “Háblame, y dime qué es de ti”. Para él, a esta hora en la que hacía sólo minutos que no la veía, parecía que hacía una eternidad sin ella. Y la noche se convertía en un sprint para llegar antes a la mañana, a la luz que le permitiese verla, hablarle.

    Por fortuna, con el sueño, todo se iba, se diluía en una corriente de un río de curiosidad y minutos sin segundos. Por fortuna porque los sueños viajaban y siempre le traían un souvenir con forma de ella, regalo que cada noche le permitía unirse a ella sin esperar a la luz del día.

    el 05/02/2006
  • Segundo Capítulo: Si los relojes se paran

    “Si consigo reflejarme en el espejo de tu voz podré parar el tiempo, lo sé”. Si el tiempo se detiene la luna dudará qué hacer, la razón perderá su razón, y el sentido común ya no tendría sentido. ¿Podría ello ayudar a encontrar el sentido a las respuestas que tantas dudas originan?

    “He conseguido parar el tiempo, y noto que te quiero, que siempre te he querido, aún antes de conocerte”. Pero, ¿por qué no se dio cuenta antes cuando el tiempo corría al sprint en pos de una meta lejana? Tal vez porque las palabras no han dejado paso al silencio que portaba la respuesta. Pero la respuesta, ¿eran palabras o sentimientos? Si fueran palabras, ¿habría acabado la guerra entre éstas y el silencio? Quizás juntos silencio y palabras hagan que los sonidos sean quienes ayuden a comprender.

    ¿Corrían palabras y silencio para llegar antes de que la luna saliera? De nuevo la amiga luna formaba parte de este jeroglífico que está pintado en las paredes de su mente. Pero, “¿por qué? ¿no es la luna testigo de la noche?”. “¿Tenían miedo a la vigilancia de la luna o a la huida del sol hacia lo más lejano?”. Pero olvidaban que hay días en los que incluso luna y sol se ponen de acuerdo para juntos reinar en nuestro cielo, en un imperio de luz y belleza que logra hacer parar al tiempo.

    Si los relojes no se han parado, la luna no se ha parado, el sol ha seguido huyendo, “ y yo he tratado de cruzar la frontera que hay ante mí, descubriendo por fin mi amuleto, mi secreto”. Pero si en realidad los relojes se hubieren parado, “sé que sólo lo han hecho para ti y para mí, para que olvidemos lo demás, lo ajeno, lo que no es nuestro”

    Poco a poco iba descubriendo que nada es lo que parece ser, incluso tampoco lo que parece no ser. Entonces, ¿qué era? “¿Cómo decirlo? ¿Cómo cantarlo si hay una sola dirección que seguir?”.

    Ahora recordaba que guardaba en su desván palabras y silencios, notas que componían una vieja canción vagabunda, que hablaba de cuando se perdió en un silencio buscando una vida. “Eres toda mi verdad..... y mi voz, porque también eres mis ojos, ya que no veo nada sin tu amor”.

    Y allí fuera seguía viendo gente preocupada por lentas e infructuosas prisas ajenas a los sentidos. “¿Dónde irá todo cuando el sol culmina su huida? ¿persisten los argumentos que de día exprimían la verdad?”

    el 05/02/2006
  • Primer Capítulo: Al salir la luna

    Sale la luna a observar lo que el sol ha dejado a lo largo del día. Nunca falta a su cita con el atardecer. Siempre sabe preparar al sol el siguiente día. Como siempre, fiel observadora de los finales de los días. Sale la luna y se sigue preguntando por la respuesta que la razón y el sentido común no cesan de dar.

    Y mientras seguía buscando el sentido a las respuestas, a veces surgían nuevas dudas. “¿Qué soy?”, preguntaba a la luna. A lo que ella contestaba “Puedes ser tanto el punto de partida como el final de este camino compartido, un alud de nieve sobre el corazón, o tal vez un refugio para las palabras”. Son palabras, sí, pero las palabras siempre encierran significado. Las palabras son portadoras de sentimientos, a veces. Y otras veces portan luces, para contraponer a las sombras que los silencios imponen. “Nunca entendí la eterna lucha entre el silencio y la palabra, ¿habrá vencedor algún día?”.

    Y era cierto, la Luna acertaba, ahora sus palabras se tornaban en optimismo, a pesar de no entender aún las respuestas de su sentido común y su razón. “Puedo salir”, se decía, “prefiero correr sin ganar”, y así “perderme en tus brazos hasta que la luna caiga a tus pies”. El sentimiento parecía aflorar en su interior, como acuciado por un recuerdo, o tal vez por un olvido. Como cercado por palabras impregnadas de algo desconocido, desconocido u olvidado. “¿Será que no recuerdo, o será que no sé?”. Demasiadas dudas, demasiados interrogantes para el final del día.

    Ahora descubría que hablaba a alguien, descubría que sus palabras no hablaban de sí mismo. Pero, ¿a quién?

    ¿Otra pregunta más? ¿Tal vez sin respuesta de nuevo? ¿A quién preguntar? ¿A la fiel amiga Luna que siempre llega, aunque impuntual, a su cita con la noche?

    el 05/02/2006
  • Prólogo (Un recorrido por Cuatro Capítulos)

    Un personaje sin identidad precisa, una historia sin principio ni final determinado. Un recorrido por las canciones.

    “Cómo olvidar los cambios de viento” preguntaba a la razón. “Cómo olvidar que no te olvido”, preguntaba al sentido común. Y sólo había una respuesta que asaltaba a las preguntas.

    Pero no entendía la respuesta, tal vez porque en realidad no sabía qué preguntaba.

    Y pasaba el tiempo y la nostalgia parecía vencer al olvido. Parece que el recuerdo se sobreponía al paso del tiempo. Y pasaba el tiempo y seguía sin entender la respuesta a tan repetidas preguntas.

    ¿Querría conocer la respuesta? Tal vez la respuesta esté dividida en Cuatro Capítulos.

    el 05/02/2006
  • Más allá de Sedna

    Este queria compartirlo con mas de los dos lectores habituales de mi web;

    Más allá de Sedna



    ¿Que tal fue el viaje?, preguntaban. Encontré montañas de color púrpura, encontré recuerdos olvidados, encontré caminos que había andado, encontré flores marchitas que fueron mías, escuche el grito de la mariposa al morir, descubrí vanidades olvidadas, espejos rotos, ríos de oro que bañaban mi memoria, hojas arrancadas de un libro, el tiempo que no ha pasado en la distancia que me abisma y el deseo de ser inerte, sin la sabiduría del shaman consumida por las palabras necias que me corrompen, por templos dorados llenos de almas malditas, perdidas en si mismas, en sus propios yos, en sus egos confirmados, que nunca se conformaron con lo que querían ser y que no fueron.

    Una voz en off habla y pregunta; ¿entiendes el lenguaje del firmamento?, son palabras bellas, reflejos de mundos en mentes que no existieron, añorados y deseados, humillados ante la no presencia, sueños eternos que se rompen, falsas promesas ensimismadas en falsos egos, en falsos yos, en órbitas ovaladas, en espirales de cometas, en falsas creencias mas allá de sedna...

    ...sigue en;

    http://www.joseperdicion.com/

    el 05/02/20067
  • De algo muy malo a algo bastante bueno solo hay un paso

    EN EL ESTUDIO todo es imprevisible, uno puede estar horas ajustando una pista y perder la noción del conjunto, de la auténtica esencia de la canción.

    el "sindrome del rec", o miedo que experimenta todo musico al ser registrado por el multipistas es inversamente propocional a la ilusion por conseguir una toma genuina.

    el 04/02/20061
  • Ya encontré mi media naranja

    ¡¡Qué felicidad!!

    el 02/02/20064
  • Ese tipo del espejo.

    Una mirada por la ventana, me descubre un pequeño bosque de cemento y de luz. Los coches parecen contenedores de carne viva y fresca, deslizándose por un cinta transportadora camino de algun matadero de almas.

    Dejo de mirar a través del cristal y vuelvo la vista a mis dos comañeros. Estamos en mi piso, en la pequeña habitación, donde suelo componer y tocar el teclado.

    Marcos ha traído su guitarra acústica, y Enric se ha adueñado de la mía, tras comprobar como mis arpegios de principiante, son a la vez demasiado extraños para ser valorados con frialdad.

    Al momento me siento en el kawai k4; un sinte en el que aún no me he metido a fondo, ni con el que tampoco creo que pueda aprender a sintetizar nada decente. Pero las teclas tienen un tacto increíble, y hay un preset especialmente interesante; su sonido me recuerda un poco a una guitarra, más grave y densa; una especie de piano al que le sienta muy bien el chorus del sinte.

    Hacía tiempo que no quedábamos para tocar por puro placer. Finalmente optamos en que yo sacaría una melodía con el teclado y ellos me acompañarían, con las guitarras; uno haría la parte rítmica, y el otro intentaría clavar algún solo de bolsillo.

    En un par de minutos consigo uná melodía aceptable, y nos pasamos una hora tocando, improvisando, riendo y sobre jodiendo muchas notas. Últimamente (pienso), las cosas van un poco mejor.

    Esa tarde me lo pasé bien; aparqué el secuenciador, los libros de estudio, y dejé también atrás mis penas, o tal vez fué que las vi desde una óptica distinta. No sucumbí tampoco a la tentación de fumar hierba, y terminé sereno, pero feliz.

    La noche llegó y me cubrí de sonidos y formas, entre una nebulosa de gente que bebía, bailaba, charlaba.

    El local no está nada mal, aunque hace tiempo que mi autoestima no progresa mucho y me cuesta estar en un sitio mucho tiempo, sin rebuscar entre mi narcisismo infantil.

    Pero el caso es que al terminar la jornada, y volver a casa, acepto con digna resignación y sin lamentos baratos, todo lo acontecido las últimas horas. A veces las cosas sencillas, son más complejas de lo que aparentan. Me prometo reflexionar sobre ello....

    Amanece un domingo distinto. Consigo eludir bajones anímicos y a otras criaturas malévolas de mi mente, y de nuevo la noche ha caído sobre mi, y me siento bastante bien, e incluso algo animado.

    El lunes todo sigue en la misma linea, y por momentos, pienso en que mi cabeza está saliendo realmente de su oscuro purgatorio. Me fascina el hecho de que yo mismo estoy aceptando mis limitaciones y frustraciones, sin que eso significa sangrar por todo el cuerpo.

    Y lo mejor de todo, es que sigo esperando la llegada del "gran día", pero sin prisas, pacientemente; cada día es una pequeña parte de ese "día"; las lineas vitales del destino, se entrecuzan de forma caprichosa, pero siempre hay un sentido detrás, o almenos intento creer eso.

    Lunes 30 de enero 18:01 pm. Respiro con lentidud mis 30 años, y mis ojos se iluminan durante un instante. Creo que este tipejo llamado Jordi, puede incluso llegar a sorprenderme algún día.

    el 30/01/20063
  • estudios...

    hola a tod@s!

    es mi primer escrito aqui, y lo hago, logicamente, por que estoy estudiando...Sabeis lo que sucede cuando estas estudiando, verdad?Eres capaz de hacer las cosas más insólitas que se te pueden venir a la cabeza...Limpiar, ordenar, hacer tu cama, mirar el divertido paso de la gente en la calle...Si...Cualquier cosa es mejor...Yo por lo menos puedo dar gracias a que lo que estoy estudiando me encanta (indirectamente, ya que es el sonido, aunque el calculo no tenga mucho que ver directamente con el, pero bueno...

    En fin, que si alguno se pregunta por que estoy escribiendo todo esto, le recomiendo que relea el asunto del mensaje, y lo entendera todo...Jajaja.

    Aprovecho para saludar a mi mama y a mi papa que me estaran viendo!

    En ocasiones veo a Taylor...

    Salu2

    el 29/01/2006