Una precisión de la precisión...:
El fa# agudo se alcanzaba ya mucho antes de que existiese esa llave con un doigte bien sencillo. De hecho mis profesores de saxo siempre insistían en que el límite agudo del instrumento está más allá de dicho f-f# de la falange del dedo corazón de la mano izquierda. Esa llave de la que hablas es una "novedad" de los años 60-70 creo recordar, y que los aclamados Mark VI de la marca Selmer (el modelo mítico y por lo que dicen muchos saxofonistas, aún no superado) no tenían. Por lo general hay que suponer que dicha nota no la tienen todos los saxos en uso (mis saxos, por antiguos, nunca la han tenido).
Existe desde antes sin embargo la "campana de A" que permite a los barítonos (y algunos altos) dar un la grave (do2 en el barítono do3 en el alto). También hay muchos sopranos que cuentan con la llave de sol agudo.
En general los saxofonistas "de moderno" prefieren por sonoridad saxos que no llevan dicha llave. "Baritonistas" solistas igualmente renuncian al la grave salvo que toquen en cuartetos de saxos (exceptuando el
RSQ) o en big bands. Por lo tanto yo diría que, en prevención del peor escenario de trabajo (saxofonista semiprofesional con un saxo de segunda mano de los 50's), convendría no superar dichos límites...
La última apostilla va por el rango efectivo del instrumento... Aunque el saxo tiene un timbre más homogéneo en todo el rango de notas que por ejemplo el clarinete, hay que tener un cuidado parecido al arreglar en los distintos registros. En cierto modo al revés ya que resulta muy difícil tocar piano en el registro grave, y más difícil lo contrario en el registro agudo. La afinación también es un asunto a tener en cuenta (sobre todo si se van a hacer unísonos a cierta altura...). Así que por "efectividad" mejor no despegarse del pentagrama (en el papel transportado), más si no se tiene experiencia escribiendo...
En fin, que escribir para saxos es un tema más complejo del que parece. Un mundo apasionante, eso sí.