Habria que preguntarle al tipo este, pero ya murió. ¿huele a timo no?
http://www.lagranepoca.com/articles/200 ... /1986.html
EL HOMBRE QUE SABIA HACER PIRAMIDES
EL HOMBRE QUE SABIA HACER PIRAMIDES Autor: Discovery Channel Sinopsis: Hurdelfin Edgard Leedskalnin, nació en Letonia en 1887; era un hombrecillo pobre, bajo de estatura (1,50 m) y 50 kilos de peso. Por tales motivos se cree que su novia, Agnes Scaffs, - a quién cariñosamente llamaba “Mi dulce dieciséis”- desistió de casarse justo un día entes de la boda; muchos aseguran que este desplante lo sumió en una profunda depresión que lo llevó a convertirse en un excéntrico ermitaño que por los años 20, adquirió un terreno en Homestead (Florida), cerca de Miami, en el que se enclaustró por el resto de su vida. Entre 1920 y 1942, se dedicó –nadie sabe como- a recortar y pulir enormes bloques de coral, con un peso promedio de 6.5 toneladas (mayor al peso promedio de los de la gran pirámide) que extraía del mar situado a una distancia de 200 y 300 metros. Nadie sabe como se las ingenió para transportar estas enormes rocas (algunas con peso de 30 toneladas) desde tal distancia y por terreno escarpado hasta reunir un total de 1.100 toneladas, con las que construyó su enorme complejo residencial y majestuoso castillo, denominado, en un comienzo, como “Rock Gate Park” y que hoy conocemos como “Coral Castle”. Este misterioso hombre diminuto y de muy escasa educación, - dado que no superó su cuarto grado elemental -, trabajaba solo y en horas de la noche para que nadie conociera su secreto. No siendo suficiente con esto, hacia los años treinta, se trasladó con sus gigantescas rocas diez millas más cerca de la localidad, con la ayuda de su viejo y destartalado camión y el tractor de un vecino, a quien habilidosamente distraía, enviándolo con una carga mientras tanto él cargaba el otro viaje, de tal manera que este nunca se percató de la forma como Leedskalnin cargaba, el solo, las enormes rocas. Su frustrado matrimonio también hizo de él un moralista radical que hacia los años 40 publicó una serie de folletos titulados “A book in every home”, en los que aconsejaba a las jovencitas a que nunca accedieran a las pretensiones licenciosas de los hombres ya que esto demeritaba tanto sus vidas, hasta el punto de que, después, ningún hombre querría adquirir, para bien, una “mercancía dañada”. Al parecer, esta fue la verdadera razón, por la que, él, (y no ella) desistiera de las nupcias. A su vez en tales folletos, fue divulgando, poco a poco, el secreto de su invento. Cuando se veía asediado por la prensa, por científicos y hasta por agentes del gobierno, se limitaba a responder que se trataba solamente de la fricción y rotación de imanes que en compaginación con el magnetismo de la tierra y la influencia de los planetas producían “antigravedad”, mediante magnetismo y electricidad. Christopher Dunn, famoso egiptólogo e investigador, visitó el castillo en 1982, y en uno de sus rincones encontró un rueda gigantesca con un compartimiento que contenía imanes incrustados en hormigón. Con la colaboración del científico Steven Defenbaugh, trataron de acoplarla a un extraño artefacto que aparece en una de sus fotografías, consistente en un trípode, formado con tres postes de teléfono, y una caja en la parte superior de la que penden algunos cables; al accionar, los imanes empezaron a dar bandazos, produciendo electricidad y cierto grado de magnetismo aunque nada de “antigravedad”. En su majestuoso complejo de coral, Leedskalnin trató de representar la luna, el sol y el sistema solar (entre otras figuras que no se han logrado descifrar) muy a su manera, dado sus limitados conocimientos al respecto. Decía conocer el secreto de la construcción de las pirámides pero se lo llevó a su tumba al morir en Miami en 1952 a los 64 años de edad… Paz en su tumba a este misterioso hombre.