Les voy a tostar un poco con la historia de mi vida musical...
Desde el año 94 hasta principios del 99 tenía (y aún tengo) un Yamaha PSR-400 con el grabé veinte cintas de cassette de música original. No tenía multipistas, todo lo grababa en directo y realizaba las programaciones en el escueto secuenciador interno del teclado. En épocas febriles grababa hasta una cinta al mes. Mucha de esa música ahora me parece realmente pésima (y no digamos ya el sonido, aunque no me importaba esa cuestión). Ni leía revistas, ni tenía Internet. Básicamente desconocía (y tampoco tenía demasiado interés en saberlo) de la existencia de cacharros multipistas, Ataris y demás. Simplemente estaba hecho a ese sistema y no paraba de componer.
Durante los siguientes diez años ocurrieron una serie de circunstancias que me tuvieron en el dique seco en cuanto a mi propia música: depresión, grupos de rock, sequedad de ideas, etc. Entonces me metí en un curso de Cubase, aprendí lo que era la síntesis, grabar en un secuenciador... En un año nuevamente febril me grabé un disco (que pueden escuchar y bajarse en mi perfil hispasónico
), y ya estoy componiendo para el siguiente. Mi mente no para de bullir ideas que me tienen loco e ilusionado, y mis casi 35 años no influyen para nada
.
Pero sí hay una cosa que es denominador común en todas las épocas, incluidas las composiciones colectivas con los grupos en los que he estado: el hardware. Me resulta absolutamente básico para componer, y ahora también para grabar. Excepto cuestiones que tiran más a la aleatoriedad musical con un PC, me resulta incómodo, molesto y lento componer en un PC. Incluso uno de mis últimos temas fue compuesto enteramente con guitarra y voz...
Por otro lado, me gusta ser coherente conmigo mismo, y me resulta absurdo ponerme a escribir y componer con un PC habiéndome gastado en dos años unos 2.500 € en sintes -y 1.500 € en un workstation hace cuatro años para tocar en un grupo-, para no usarlo
Aún así, si no los tuviera no podría hacerlo únicamente con un ordenador. Vengo de donde vengo y eso se queda grabado, como a muchos de nosotros aquí.
Sin embargo, el PC tira, sin duda, pero para no atascarme en lo primordial, que es la música, lo grabo todo primero, pista a pista, sin colocar ni un efecto. Sólo cuando considero que el tema esta terminado, es cuando me pongo a mezclar. Por lo que he visto de gente profesional con la que he grabado, siempre lo hacen así, y me parece un buen método para estar a lo que hay que estar, y no perder el tiempo.
De ahí que vuelva a lo mismo que dije al principio, de aprovechar lo mejor de ambos mundos. En mi caso, veo más un ordenador como herramienta para cohesionar lo grabado con el hard, mejorarlo si cabe, pero manteniendo el sentimiento primigenio de la composición.