Es una opinión bastante generalizada que Roland parece haber perdido un poco el norte en los últimos años, sobre todo en tema de sintes, a juzgar por los productos que va sacando. Pero lo que no me esperaba es la actitud de la empresa hacia sus clientes (o sea, nosotros), al menos por lo que respecta a Roland Iberia, y sobre todo teniendo en cuenta la crisis tan bestia por la que estamos pasando (se supone que deberían cuidar más a sus clientes, que a fin de cuentas son los que sostienen su negocio, ¿no?).
Pero vayamos por partes. En octubre de 2012 me compré el último modelo de sinte en rack, el Integra-7. La verdad es que tiene características muy interesantes, como la colección completa de las tarjetas SRX y el motor de sonidos del Jupiter-80, y hay que reconocer que suena de p.m. Pero eso no quita que le encontrara algunas limitaciones (¿o fallos de diseño?) incomprensibles, no sólo en el hardware en sí, sino también (o sobre todo) en algunas decisiones de la compañía, como la de no desarrollar un editor de PC/Mac, que para mí es imperdonable. Por eso hace algo más de un mes mandé un correo a Roland Iberia comentando algunos de los aspectos negativos que yo veía en el Integra, más que nada para que fueran conscientes de ello y, a ser posible, que se lo hicieran saber a la matriz, es decir, a los japos.
Pero para mi sopresa ni siquiera se dignaron a responder en un mes, ni tan sólo una respuesta protocolaria (de las que en realidad quieren decir: sí, vale, pero déjanos en paz, pesao). Hace unos días les volví a escribir quejándome precisamente de eso, de que ni siquiera se habían dignado a responder, y todavía estoy esperando. Parece que van de "sobrados", pero con la que está cayendo, poco futuro les veo así. Me parece una falta de consideración y hasta de respeto.
Por si a alguien le interesa, copio el texto de los mensajes:
Primer mensaje (18 de febrero de 2013):
Apreciados señores,
Aunque no soy músico profesional, sino tan sólo aficionado, llevo ya bastante tiempo en el mundo de los sintetizadores, y Roland siempre ha sido (al menos hasta ahora) mi fabricante favorito. He tenido literalmente decenas de modelos, desde la época del MT-32 en adelante, pasando por casi todas las variantes del Sound Canvas (SC-55, SC-55 mkII, CM-300, CM-500, SC-88, SC-88 Pro, SC-880, SC-8850, SD-50, SD-50…) y otros modelos de gama más profesional, como el JV-1080, el XV-2020, el XV-5050, el XV-5080, el SonicCell o el Fantom XR, pasando por teclados como el XP-10, el GW-7 o los pianos RD-170, RD-700SX y RD-700GX, además de innumerables tarjetas de expansión.
Mi última adquisición ha sido el INTEGRA-7, comprado en octubre de 2012 (número de serie Z0C0225). Reconozco que a nivel de hardware es espectacular y que suena impresionante, pero algunas de las decisiones tomadas por Roland en los últimos tiempos me han dejado perplejo. En primer lugar, están algunas limitaciones del Integra-7 que resultan difícilmente comprensibles en los tiempos en que estamos, como por ejemplo que las ampliaciones no estén integradas y haya que “cargarlas” aparte en memoria, y sobre todo que sólo haya 4 “slots” virtuales (¿?!), que no son tantos como puede parecer al principio. Otra limitación es el tema de la polifonía: no se entiende que en un módulo que se supone que es tope de gama se haya limitado a 128 notas en lugar de las 256 del Jupiter-80, sobre todo cuando los sonidos “SuperNATURAL” parecen comerse mucha polifonía (y por cierto, en los manuales no se indica cuántos parciales –es decir, cuánta polifonía- usa cada patch SuperNATURAL).
Pero lo que más me preocupa no son las limitaciones del hardware, sino ciertas decisiones de Roland que me parecen (no sólo a mí, sino a mucha más gente, por lo que he visto en la red) absurdas e incomprensibles. La más grave es la decisión de no publicar un editor de software para PC/MAC que permita sacar todo el partido a la máquina de forma sencilla y eficiente. En lugar de ello, tan sólo hay una App para iPad, que ni siquiera es un editor completo (no puedes editar los parámetros de efectos, ni la síntesis PCM ni SN-A). No todo el mundo tiene iPad (yo no tengo ni Tablet, y no voy a comprar un iPad sólo para un pseudo-editor), mientras que todo el mundo hoy en día tiene ordenador, por lo que esta decisión es simplemente incomprensible. Hay que ir todo el rato editando desde el panel frontal, lo que además de ser incómodo y una pérdida de tiempo, me preocupa por la durabilidad de los botones y demás controles del sinte.
Otra decisión que me ha disgustado ha sido comprobar que la “Legacy collection” sólo salió para el Jupiter, cuando se había dicho públicamente que también sería compatible para el Integra-7. No es que fuera un factor determinante para decidirme a adquirir el Integra, pero sí que era un valor añadido muy interesante y me sentí defraudado al comprobar que no me servía.
En resumen, la verdad es que no entiendo muchas de las decisiones de los últimos tiempos de Roland, que creo que van directamente en perjuicio de los usuarios y que son difícilmente justificables. Como he dicho al principio, el Integra-7 no es ni mucho menos el primer producto de Roland que he comprado, pero si no cambian las cosas sí que será el último. Creo que harían bien en comunicar estas inquietudes a la matriz para ver si toman nota de la opinión de muchos usuarios actualmente.
Saludos cordiales,
David Martínez
Segundo mensaje (20 de marzo de 2013):
Buenos días,
Hace ya más de un mes (concretamente, el pasado 18 de febrero de 2013) les envié un mensaje exponiendo mi opinión sobre el Integra-7 y las carencias importantes que a mi juicio presenta. En todo este tiempo no he recibido ningún tipo de respuesta, ni siquiera del tipo "hemos recibido su mensaje y lamentamos que su valoración de nuestro producto sea negativa". Creo que es una falta de respeto y de consideración, para cualquier persona en general que les escriba dando una opinión como usuario de sus procutos, pero especialmente para alguien que se ha gastado literalmente muchos miles de euros en productos Roland a lo largo de los años.
En fin, ustedes verán. Esto no hace más que corroborar mi visión de que Roland ha perdido el norte en los últimos tiempos, y si prefieren ir de sobrados y perder clientes en un contexto tan adverso como el actual, es su problema.
Saludos,
David