Un ejemplo (adjunto) de las cosas que Dorico puede hacer y que le diferencian, incluso en la joven versión 1.0, de la mayoría de sus compositores. Una hoja de teoría o de ejercicios puede combinar texto, música y gráficos. Tanto el texto como los pentagramas pueden alojarse en cualquier lugar de la página (dentro de los márgenes) y ser de diferentes estilos y tamaños. No hay gráficos importados, ni ossias, ni pentagramas ocultos. La flexibilidad que permite Dorico en este terreno se debe al concepto de flujo (flow, aún no traducido). La música forma parte de uno o varios de estos flujos y se puede hacer aparecer en cualquier momento o en cualquier lugar mediante un marco ajustable. Incluso si cambias de opinión y decides otro orden no tendrás que cortar y pegar para reordenar el documento, solo cambiar en la pestaña del flujo el orden en que aparece o en qué marco.
Incluso en programas ya maduros como alguno citado antes que llevan décadas de desarrollo y están por su versión 6 sería imposible editar un documento similar.
Aclaración sobre los cifrados armónicos: Dorico no soporta aún cifrados automáticos. Pero pueden recrearse con el editor interno de textos. Los comunmente conocido como "cifrado americano" ha sido creado de esta manera. La diferencia es que no es automático, ni es transportable (si quieres extraer un leadsheet para un instrumento transpositor tendrás que introducir los cambios, cambiar todas las fundamentales de acordes) y tampoco es cómodo editar ciertos acordes con tensiones).
Aclaración sobre el gráfico: El gráfico ha sido importado en un marco de imagen dentro del documento Dorico. Procede de una imagen de internet. Dorico no tiene y no se anuncia a corto/medio plazo, un editor propio para crear gráficos e imágenes.
Un ejemplo del tipo de cosas que necesitan las editorales de música.
Es evidente que este tipo de páginas pueden ser creadas o recreadas en un programa de maquetación de texto e imagen, o importando imágenes de diferentes archivos. El interés de tenerlo todo en un único documento es la reedición, rectificación y nuevas versiones, además de que cada vez la copia en papel es menos demandada y crecen los servicios de partituras a través de formatos digitales. En estos formatos el editor facilita el archivo, que puede reproducirse y manipularse (cambiar tamaño, espaciado de pentagramas, etc) Eso no es posible en un PDF normal, de ahí la necesidad de disponer de estas opciones dentro del editor de partituras.
Estas cosas no son necesarias para todos los músicos, realmente pocos utilizan la edición de partituras, y ni siquiera para mucha gente que edita partituras. Para hacer una partitura sencilla con negras y corcheas hay muchos programas, Dorico puede hacerlo, pero esa sencillez no representa el límite. Dorico está pensado para poder atender sobre todo tareas complejas necesarias para la edición exigente de piezas, arreglos, trabajos de investigación, libros de teoría, libros pedagógicos, etc. Y es allí donde encontrará su mayor mercado. Para las Universidades, en sus departamentos de música, los Conservatorios de Música, Escuelas de Música con niveles avanzados, las editoriales, los compositores exigentes en notación, etc., son el objetivo del programa en primer lugar.
Un ejemplo citado varias veces antes y que puede ser comprobado fácilmente. En programas muy conocidos hacer un cluster cromático con notación (como los que incluye la música de Albeniz, Messiaen, etc) es toda una odisea, se pueden hacer, pero a costa de mucho tiempo y pulso de hierro. En Dorico basta escribir las notas y la plica divergente se dibuja sola, no tienes que crear voces, ocultar la plica, desplazar la cabeza de nota y dibujar con buen pulso una falsa plica que la une a la principal. En Dorico escribes el unísono y pulsas el atajo para alterar la nota (¡ para sostenido) y te olvidas. Hay cientos de detalles como estos que están ya en la joven versión 1.0 y que pueden pasar desapercibidos en una primera vista rápida (posición de ligaduras, punteados, dinámicas progresivas, etc) . No son esenciales para el gran público, pero sí para muchos profesionales de la música.
Incluso en programas ya maduros como alguno citado antes que llevan décadas de desarrollo y están por su versión 6 sería imposible editar un documento similar.
Aclaración sobre los cifrados armónicos: Dorico no soporta aún cifrados automáticos. Pero pueden recrearse con el editor interno de textos. Los comunmente conocido como "cifrado americano" ha sido creado de esta manera. La diferencia es que no es automático, ni es transportable (si quieres extraer un leadsheet para un instrumento transpositor tendrás que introducir los cambios, cambiar todas las fundamentales de acordes) y tampoco es cómodo editar ciertos acordes con tensiones).
Aclaración sobre el gráfico: El gráfico ha sido importado en un marco de imagen dentro del documento Dorico. Procede de una imagen de internet. Dorico no tiene y no se anuncia a corto/medio plazo, un editor propio para crear gráficos e imágenes.
Un ejemplo del tipo de cosas que necesitan las editorales de música.
Es evidente que este tipo de páginas pueden ser creadas o recreadas en un programa de maquetación de texto e imagen, o importando imágenes de diferentes archivos. El interés de tenerlo todo en un único documento es la reedición, rectificación y nuevas versiones, además de que cada vez la copia en papel es menos demandada y crecen los servicios de partituras a través de formatos digitales. En estos formatos el editor facilita el archivo, que puede reproducirse y manipularse (cambiar tamaño, espaciado de pentagramas, etc) Eso no es posible en un PDF normal, de ahí la necesidad de disponer de estas opciones dentro del editor de partituras.
Estas cosas no son necesarias para todos los músicos, realmente pocos utilizan la edición de partituras, y ni siquiera para mucha gente que edita partituras. Para hacer una partitura sencilla con negras y corcheas hay muchos programas, Dorico puede hacerlo, pero esa sencillez no representa el límite. Dorico está pensado para poder atender sobre todo tareas complejas necesarias para la edición exigente de piezas, arreglos, trabajos de investigación, libros de teoría, libros pedagógicos, etc. Y es allí donde encontrará su mayor mercado. Para las Universidades, en sus departamentos de música, los Conservatorios de Música, Escuelas de Música con niveles avanzados, las editoriales, los compositores exigentes en notación, etc., son el objetivo del programa en primer lugar.
Un ejemplo citado varias veces antes y que puede ser comprobado fácilmente. En programas muy conocidos hacer un cluster cromático con notación (como los que incluye la música de Albeniz, Messiaen, etc) es toda una odisea, se pueden hacer, pero a costa de mucho tiempo y pulso de hierro. En Dorico basta escribir las notas y la plica divergente se dibuja sola, no tienes que crear voces, ocultar la plica, desplazar la cabeza de nota y dibujar con buen pulso una falsa plica que la une a la principal. En Dorico escribes el unísono y pulsas el atajo para alterar la nota (¡ para sostenido) y te olvidas. Hay cientos de detalles como estos que están ya en la joven versión 1.0 y que pueden pasar desapercibidos en una primera vista rápida (posición de ligaduras, punteados, dinámicas progresivas, etc) . No son esenciales para el gran público, pero sí para muchos profesionales de la música.