No es que vaya a defender gratuitamente al experimentalismo; pero, yo no me río nada: el que tenga que registrase gente para defender las vanguardias a estas alturas (en buena hora, por cierto; o que se siga ignorando lo que se salga de lo establecido, además de poner de manifiesto unos registros culturales escasísimos, pone en evidencia unos registros musicales penosos.
A mi, la música electrónica no me vuelve loco; pero no me cambio de acera para no encontrármela y escucho con curiosidad lo que puedo; obviamente, por falta de tiempo y por estar en mis coordenadas culturales (ser mayor y no estar lejos de lo generacional) me pierdo muchas cosas y me da mucha rabia; pero esta ceremonia de la celebración de la ignorancia, de la sanción de los lugares comunes y de lo plausible me atufa a consevadurismo del peor. Me extraña que algunos de los que han condenado al músico y no al hecho de denunciarlo a la Guardia Civil, sean músicos de verdad y con probada cultura al menos del pop (por cierto; Superloko; aunque abuses de las K, demuestras tener mejor talante artístico y ser más abierto de mente que la Santa Inquisición Hipasónica imperante).
Y por cierto también, para tocar (free o no free ) un saxo a pelo con un batería hay que saber medir y tener un sentimiento de la frase muy profundo; luego, que eso durante mucho rato, puede que al público, le resulte cansino y le acabe doliendo la cabeza (como de follar toda una noche, que te acabarán doliendo los cojones, supongo...).
Me ha he sorprendido el que decía que le gusta mucho el jazz y que lo respetaba mucho; pero a la cuarta pieza se tenía que ir de la sala...
Por lo visto, el jazz es para intectuales aburridos o para gente ausente de la tecnología y el sonido...