No me atufas tú, por ejemplo, que pensaba que eras un recalcitrante y un buscador de la luz; pero he visto, regocijado, que eres casi tan recalcitrante como yo; pero vital; sin ser un epicúreo al uso.
Me atufa, es fácilmente comprensible; lo que me satura las vías, ya sea olfativas o de comunicación; así que comprendo resignado que yo atufe a menudo a esencualistas o escuetos.
yo nunca fui a coles de curas, y la religión en mi barrio marginal (ciertamente lo era) simplemente era algo de viejas y tontos, pero de adolescente, en un sueño, se me aparecio Jesús partiéndose la caja en mi cara...yo tras un instante de perplejidad empecé también a reir. Durante años busque ese Jesús en iglesias. movimientos y demás pero no lo encontré en ningún lado, osea que sigue en mi sueño, partiéndose la caja de mí. Esa es la clave de toda mi psicosofía, partirse la caja.
Ya se que no es muy profundo pero es lo que hay.
#652 Inspiradísimo Carmelo. Para la antología hispasónica, derecho.
#663 Yo soñé una vez con Dios, siendo adolescente. Actuaba en un teatro. Se abrió el telón y ahí estaba Él.
Una de las experiencias más sublimes y estremecedoras que recuerdo.
#615 Y hay que reconocer que la recompensa es bastante golosa, por cierto. Si consideramos que la angustia existencial del hombre (y la hombra) y su psicosis tienen su origen en la conciencia de su temporalidad (en saberse mortal), la promesa de eternidad, de alguna forma de supervivencia, de permanencia, puede resultar muy tentadora.