Perdona Alberto, pero si dieras unos minutos a las preguntas antes de postear, quizá no alargaríamos este hilo con porqués de parvulario. La respuesta obvia a la pregunta de si un clarinete en Sib es para la tonalidad de Si bemol está en la escucha y vista de la literatura para clarinete, la pregunta de la diferencia entre el clarinete en C y en Bb también está en la escucha y en el vistazo a las miles de fotos de internet... Y así un par de ellas más.
Voy a intentar liarla un poco más
El clarinete provienne del
chalumeau, instrumento que precedió al clarinete y que desde sus versiones primitivas allá por el s. XVII hasta convertirse en clarinete ha sufrido enorme transformaciones.
¿No recuerda a una flauta rociera, o a un txistu...?
Eso es porque las maderas tienen una historia de 3+3 agujeros, aquellos que se podían alcanzar con los dedos índice, corazón y anular, además de un 7º que se alcanzaba con el meñique derecho y un 8º para producir nodos en la columna de aire que generaba el sonido, y modificar así su altura (la mayoría de las veces a la octava alta)
En esencia las maderas se componen como la flauta primitiva, un tubo que podía ser de unos 60cm (2 pies) que da un do 4. Estas flautas tenían 6 agujeros que a medida que se abren dan las sucesivas notas. Con tales agujeros obtenemos 7 posiciones básicas que se pueden "horquillar" para otras tantas notas de la escala cromática. El paso de octava se obtiene con la presión de la columna de aire o con un agujero extra más o menos en la mitad del tubo que producía un nodo en dicha columna. El 7 agujero facilitó la extensión de estas flautas dando 8 posiciones básicas.
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Por otro lado está el hecho de que el nombre de las notas no siempre designaron una altura absoluta, y las distintas longitudes de flautas convivieron con el do "móvil", el hexacordo móvil, a medida que se desarrollaba la escritura de la música. Las flautas se denominaban entonces con la nota que alcanzaban con el tubo cerrado, como dice Alberto en su primer post. Alguien debió contarte no obstante que este apellido (en do, en re, en mi bemol) lo recibían las flautas antes de extenderse su rango hacia el grave con la adición de llaves para el meñique izquierdo, ya que hoy día, el desarrollo de las maderas ha permitido alcanzar a los instrumentos que dieron origen a los que actualmente conocemos, extensiones muy superiores.
El caso del clarinete era especial. El tubo cilíndrico semiabierto que era el chalumeau (cerrado en uno de los extremos por una boquilla con lengueta) no permitía octavar, hasta el desarrollo de Johann Christoph Denner que agregó la modificación para ampliar el registro. Sin embargo esata modificación no octavaba si no que "duodecimaba": esto es que la nota do 4 del primer registro sonaba sol 5 en el siguiente, difícil de afinar y sin notas de enlace entre el do 5 y el sol del siguiente registro.
Así empezó su desarrollo el clarinete: la añadidura de las notas de enlace (registro de garganta), al nuevo registro agudo ("clarín", por compararse con la trompeta) se sumaron al "chalumeau" (que es como se llama al registro grave del clarinete hoy día. Después de aquella extensión extrema debida sobre todo a Theobald Böhm, la nota que daba apellido al "chalumeau", quedó en desuso y empezó a usarse la nota que daba registro, y después nombre, al clarinete.
La nota grave del registro "chalumeau" actual (fa) está una 12ª por debajo de la nota dada con el tubo cerrado del registro agudo (do) (sin extensión de meñique izquierdo, ojo!). El mi y el mi bemol se alcanzan por las llaves de mano izquierda.
Dichas llaves son las culpables del lío de este hilo. Los saxos (herederos del sistema Theobald Böhm, aunque construidos por Adolphe Sax), también extienden su registro un par de notas más allá del do que les da nombre. Un saxo en si bemol llega hasta un la bemol (y en rarísimas ocasiones a un sol), lo mismo que un saxo en mi bemol (que llega hasta el re bemol o el do).
Moraleja: el nombre de las maderas se debe a la posición de do por ser el límite grave de los instrumentos de viento madera primitivos. El del clarinete es la excepción al "duodecimar" que recibe su apellido (en si bemol, en mi bemol) del tubo cerrado en el registro "clarín".
Con lo expuesto aquí podía dar collejas a todos los participantes, pero me voy a contener. Dejo una lista de correcciones sin cita:
1) La afinación de los instrumentos de viento es esencial en su construcción, no así en las cuerdas cuya afinación también depende de la tensión de la cuerda, su grosor, su masa, etc. Por ello, las cuerdas nunca recibieron el apellido en do, en re, etc.
2) La nota más grave dada con el meñique de la mano derecha da nombre a las maderas actuales con la excepción del clarinete que es la nota "media" dada con el mismo dedo.
3) El registro sí tiene la culpa de las distintas afinaciones, ya que los distintos tamaños se hacían para alcanzar ciertas tesituras. También tiene la culpa la tonalidad en que se solía tocar ya que la entonación de las primeras maderas era algo deficiente en tonos lejanos al de su "do". Hoy día el clarinete en la se usa cada vez menos, ya que las llaves de las falanges solucionan la escala cromática enormemente.
4) El uso de ciertos "do's" (si bemol, mi bemol de concierto, etc.) se debe sobre todo a la cualidad tímbrica en su desarrollo de estos instrumentos. Aunque muchos constructores producían vientos a todas las alturas posibles demandadas, solo cuajaron en la práctica aquellos que mejores cualidades tenían de timbre, sonoridad, proyección... Existen los saxos y clarinetes en C, pero son muy poco apreciados por los interpretes, que prefieren transportar a ver su sonido menguado.
5) Cualquier compositor/arreglista que se precie y que aprecie los vientos madera (no conozco ninguno que no lo haga) sabe transportar a vista el "full score" sin que eso sea un problema para él o para el intérprete, o el copista. Suele ser queja de estudiante de primero, pero nunca de un profesional.
Y hasta aquí el tocho de hoy...