Bueno, la masterización existe desde hace décadas, pero como todo con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta lo que es hoy en la actualidad, un compendio de muchas materias en una sola, llegando en algunos casos incluso a ser una prolongación de la fase de mezcla (stem mastering), hecha en un estudio profesional.
Además de la normalización y a partir de la introducción en el mundillo de la grabación multipista, (lo cual trajo un concepto nuevo entre la grabación y la masterización, que hoy conocemos como "mezcla"), entraron en juego el secuenciado (orden de los temas y duración de espacios o silencios entre ellos) y la homogenización de los mismos, que consistía en la introducción de un ecualizador en el proceso para darle un cierto "color" o "timbre" a los temas de un mismo trabajo, a fin de hacer su escucha más coherente, algo que por supuesto se mantiene hoy día.
Comento todo esto porque a veces parece que el mastering consiste únicamente en hacer que un tema suene lo más fuerte posible sin llegar a la distorsión, y no es así, (aunque esto de la loudness war se remonte a muchas décadas atrás), la masterización también consiste en preparar el medio a partir del cual se van a fabricar cientos o miles de copias de un producto (master laquer, PMCD, DDP...), secuenciado de los tracks, homogenización de los mismos, introducción de códigos (CD-Text, ISRC, UPC/EAN...) sin olvidar otro de los propósitos más importantes del mastering, lograr que el material sonoro, ya sea un single, un EP o un disco completo, se escuche lo mejor posible en el mayor número de sistemas de reproducción posibles.
Con el paso del tiempo y la aparición de las herramientas digitales para la creación y procesado de señales, el concepto de estudio que teníamos antes cambió por completo, para bien y para mal, y esa democratización que permite que prácticamente cualquiera pueda desde la comodidad de su casa, componer, grabar y mezclar un tema, ha derivado en un concepto de mastering que no existía hace 30 años, la finalización de los temas.
Hoy día, además de todo lo comentado antes, el ingeniero de masterización también aporta (sónicamente hablando) el toque final al trabajo del artista, es una mezcla entre lo técnico y lo artístico, para lo cual se precisan además de un conocimiento de técnicas avanzadas de procesamiento de señales, herramientas especializadas (normalmente muy caras) tanto analógicas como digitales o un excelente sistema de reproducción en un entorno de escucha tratado acústicamente y casi neutro, también un criterio artístico, ya que en la inmensa mayoría de los trabajos que salen a la luz en la actualidad, el trabajo del ingeniero de mastering va muy impreso en él, es decir, que su "sonido" va a estar presente y aportando un grano de arena importante a todo el conjunto musical de la obra.
En mi opinión frankblackswan se refería a esto último cuando preguntaba si necesitaba "masterizar" su canción, en realidad él hablaba en términos de finalización, y mi respuesta es "depende", si a él le gusta tal y como suena ahora, si se escucha correctamente en distintos reproductores de sonido, si no pretende competir con temas comerciales o si ningún sello le exige nada en ese sentido, finalizar un tema por su cuenta probablemente estropee el trabajo que ha hecho previamente, y finalizarlo en un estudio profesional se traduce (obviamente) en tener que pagar por ello, así pues, yo, sinceramente, le recomendaría que no lo hiciese, a no ser que tenga el capricho o la ilusión de saber como sonaría su tema una vez "finalizado" de manera profesional.
Un saludo.