R escribió:aquí en Asturias todas gratis, pagan los ayuntamientos
Te veo un poco perdido. La gran mayoría las pagan los vecinos a través de comisiones de fiestas o asociaciones vecinales.
искра (iskra) escribió:El pueblo claro que paga su entrada por ver a las orquestas de sus fiestas: con sus impuestos. Y en muchos pueblos, como tu mismo dices, se organizan las fiestas con aportaciones particulares que hacen los vecinos, así que ahí, además, pagan dos veces.
Se pueden dar 3 casos:
- El ayuntamiento lo paga todo, tanto orquestas como vaquillas como paelladas y fiestas infantiles, etc. Son las fiestas del pueblo y hay un presupuesto dedicado.
- El ayuntamiento da una pequeña subvención para complementar lo que los vecinos han conseguido recaudar.
- El ayuntamiento no da un duro y lo pagan todo los vecinos.
Al menos en Galicia y Asturias predomina la recaudación vecinal y la organización de rifas (normalmente corderos, cabritos, etc.), venta de camisetas, etc., para sacar pasta. Te puedo mostrar el libro de una verbena en la que los vecinos montaban la barra y en la que, según las cuentas, había que sacar unos 8.000 pavos en cubatas para terminar de pagarlo todo. Si no sacan la pasta, tienen que pagar de su bolsillo los que ese año han formado la comisión de fiestas. Casi ná. Lo bueno de este sistema es que las cuentas suelen estar bastante claras y rara vez se da el típico caso de que un ayuntamiento apruebe el presupuesto de una agencia de espectáculos que a la hora de la verdad se esté merendando de golpe la pasta al inflar los números, más el 20% que le pueda soplar a las orquestas en concepto de comisión. Puedo contar historias de grabaciones ilegales de conversaciones a alcaldes y concejales, sobornos, fiestas con cena y putas... y también de representantes que cobran lo contratado con el ayuntamiento y no le pagan a ninguna orquesta ni servicio, otros que animan a las orquestas a hacer ampliaciones brutales de infraestructura prometiéndoles mazo de curre y luego na de na (muchas se han arruinado así), etc.
Todo un mundillo.