#25
El problema del reconocimiento de las notas en clave de Fa tal vez se deba a cómo se nos enseña, o por lo menos esa es la sensación que tengo. Trataré de poner ejemplos de esto:
-El tiempo dedicado a leer en las escuelas de música es muy superior, normalmente, al tiempo dedicado a escribir. Esto no pasa con la lectoescritura de idiomas, donde ambas habilidades se trabajan simultáneamente, y se prepara al cerebro desde preescolar en el desarrollo de habilidades previas (coordinación ojo/mano, etc.). ¿Quiere alguien "acelerar" un poco el proceso de aprendizaje? Que escriba las notas en el pentagrama y las pronuncie en voz alta. La escritura refuerza la memoria, pero a menudo el curso está muy comprimido, y a los alumnos les da tanta pereza...
-El sistema de soldomización (joer qué mal suena) insiste durante mucho tiempo en determinadas líneas y espacios, que quedan grabados a fuego en la memoria. El aprendizaje es muy lento al principio y de pronto el ritmo se duplica. Cuando se amplía el rango de notas que se deben solfear, se tiende a adjudicar a la nota nueva el valor de las notas ya conocidas, y su relación con líneas o espacios. Hace falta, durante cierto tiempo, utilizar un razonamiento para deshacer el entuerto. En lecturas a tempo lento apenas se percibe, pero a medida que el tempo se alegra los errores son evidentes, y lo más curioso, recurrentes: se lee fa en vez de la o viceversa, re cuarta/si, si /sol, etc. Con paciencia y un trabajo inteligente esto se va solucionando. Yo llevo tres cursos y no voy mal, pero aún arrastro esa tendencia, cuando me aproximo a la velocidad crítica. Lo mismo sucede con las líneas adicionales. Por cierto, en el solfeo pasa como en el piano: la repetición de errores de lectura consolida estos fallos en la memoria. ¿Solución? Solfear despacio, a la velocidad en que el error no se produce. Esto es tan importante que debería prohibirse leer deprisa durante mucho tiempo, sin embargo se hace al revés: a la primera oportunidad, todos a correr. Hace poco leí que alguien definía la velocidad, al piano, como una "lentitud acelerada". Cuánta razón tiene.
-Una propuesta alternativa, leída en pianostreet:
1.-Haz que tus alumnos memoricen la siguiente secuencia: mi-sol-si-re-fa-la-do.
2.-Muéstrales que dicha secuencia forma una serie infinita, y que deben aprender a recitarla partiendo de cualquiera de sus notas.
3.-Ahora traza una línea roja entre ambos pentagramas (Fa y Do) y diles que es una línea imaginaria, que sólo dibujaremos cuando una nota deba situarse allí, y que esa nota es el Do Central (Do 4). Ya tenemos el “gran diagrama” preparado.
Ya habrás notado que la línea inferior es el Sol grave, y que partiendo de él entramos en la secuencia de notas propuesta anteriormente. Puedes construir otra secuencia para los espacios, partiendo de la nota La. Las líneas adicionales seguirán el mismo patrón o secuencia y se recordarán más fácilmente.
4.- Las claves son ahora un simple recordatorio de dónde se encuentran dos notas, Fa y Do, en qué líneas del diagrama de 11.
5.- Finalmente, para los alumnos de piano, gira el diagrama 90 grados y hazles ver que coincide con sus teclas (existen miles de imágenes en internet que ilustran esta correspondencia pero sin girar los pentagramas). De hecho, el solfeo es mucho más sencillo para los que tocamos piano, ambas claves son un diagrama del teclado. Pensemos en los instrumentos transpositores...
Muchos principiantes tratan de encontrar las notas visualmente partiendo del do central, lo cual es un error y una enorme pérdida de tiempo. Debes utilizar como referencia las teclas negras (esto aparece, por ejemplo, al comienzo del método Bastien). Aprende a orientarte táctilmente, así no será necesario que mires al teclado jamás. Libro recomendado: Howard Richman – Super Sight reading secrets. (Sound Feelings Publishing).
Una última cosa: la velocidad de lectura no se consigue tratando de ser capaz de recitar, cada vez más deprisa, notas individuales. Lo que facilita la velocidad es el reconocimiento de patrones melódicos y rítmicos, de grupos de notas(acordes, arpegios, escalas). Esto tiene una relación con la forma en que trabaja la memoria a corto plazo. Al principio de nuestra formación, cada nota es considerada un objeto. Al llegar a siete (o nueve) objetos la memoria está llena. Cuando, gracias al estudio continuado, el cerebro aprende que esas siete notas (o treinta) forman una unidad o patrón (chunk en inglés), la velocidad se multiplica. Siete bloques de siete notas se leen a la misma velociad que siete notas aisladas. No sé si me explico. Por otro lado, el ritmo y la melodía son, en sí mismos, algoritmos (las tablas de multiplicar y los números de teléfono se memorizan usando el ritmo). Al cerebro le encantan los algoritmos, los patrones...Si se estudia bien, no hace falta empeñarse: el cerebro fabrica patrones constantemente. No sabe trabajar de otra manera. Por eso le cuesta cambiar el "chip" al pasar de una clave a otra: hay un cambio de codificación y los patrones ya no le valen.
El problema del reconocimiento de las notas en clave de Fa tal vez se deba a cómo se nos enseña, o por lo menos esa es la sensación que tengo. Trataré de poner ejemplos de esto:
-El tiempo dedicado a leer en las escuelas de música es muy superior, normalmente, al tiempo dedicado a escribir. Esto no pasa con la lectoescritura de idiomas, donde ambas habilidades se trabajan simultáneamente, y se prepara al cerebro desde preescolar en el desarrollo de habilidades previas (coordinación ojo/mano, etc.). ¿Quiere alguien "acelerar" un poco el proceso de aprendizaje? Que escriba las notas en el pentagrama y las pronuncie en voz alta. La escritura refuerza la memoria, pero a menudo el curso está muy comprimido, y a los alumnos les da tanta pereza...
-El sistema de soldomización (joer qué mal suena) insiste durante mucho tiempo en determinadas líneas y espacios, que quedan grabados a fuego en la memoria. El aprendizaje es muy lento al principio y de pronto el ritmo se duplica. Cuando se amplía el rango de notas que se deben solfear, se tiende a adjudicar a la nota nueva el valor de las notas ya conocidas, y su relación con líneas o espacios. Hace falta, durante cierto tiempo, utilizar un razonamiento para deshacer el entuerto. En lecturas a tempo lento apenas se percibe, pero a medida que el tempo se alegra los errores son evidentes, y lo más curioso, recurrentes: se lee fa en vez de la o viceversa, re cuarta/si, si /sol, etc. Con paciencia y un trabajo inteligente esto se va solucionando. Yo llevo tres cursos y no voy mal, pero aún arrastro esa tendencia, cuando me aproximo a la velocidad crítica. Lo mismo sucede con las líneas adicionales. Por cierto, en el solfeo pasa como en el piano: la repetición de errores de lectura consolida estos fallos en la memoria. ¿Solución? Solfear despacio, a la velocidad en que el error no se produce. Esto es tan importante que debería prohibirse leer deprisa durante mucho tiempo, sin embargo se hace al revés: a la primera oportunidad, todos a correr. Hace poco leí que alguien definía la velocidad, al piano, como una "lentitud acelerada". Cuánta razón tiene.
-Una propuesta alternativa, leída en pianostreet:
1.-Haz que tus alumnos memoricen la siguiente secuencia: mi-sol-si-re-fa-la-do.
2.-Muéstrales que dicha secuencia forma una serie infinita, y que deben aprender a recitarla partiendo de cualquiera de sus notas.
3.-Ahora traza una línea roja entre ambos pentagramas (Fa y Do) y diles que es una línea imaginaria, que sólo dibujaremos cuando una nota deba situarse allí, y que esa nota es el Do Central (Do 4). Ya tenemos el “gran diagrama” preparado.
Ya habrás notado que la línea inferior es el Sol grave, y que partiendo de él entramos en la secuencia de notas propuesta anteriormente. Puedes construir otra secuencia para los espacios, partiendo de la nota La. Las líneas adicionales seguirán el mismo patrón o secuencia y se recordarán más fácilmente.
4.- Las claves son ahora un simple recordatorio de dónde se encuentran dos notas, Fa y Do, en qué líneas del diagrama de 11.
5.- Finalmente, para los alumnos de piano, gira el diagrama 90 grados y hazles ver que coincide con sus teclas (existen miles de imágenes en internet que ilustran esta correspondencia pero sin girar los pentagramas). De hecho, el solfeo es mucho más sencillo para los que tocamos piano, ambas claves son un diagrama del teclado. Pensemos en los instrumentos transpositores...
Muchos principiantes tratan de encontrar las notas visualmente partiendo del do central, lo cual es un error y una enorme pérdida de tiempo. Debes utilizar como referencia las teclas negras (esto aparece, por ejemplo, al comienzo del método Bastien). Aprende a orientarte táctilmente, así no será necesario que mires al teclado jamás. Libro recomendado: Howard Richman – Super Sight reading secrets. (Sound Feelings Publishing).
Una última cosa: la velocidad de lectura no se consigue tratando de ser capaz de recitar, cada vez más deprisa, notas individuales. Lo que facilita la velocidad es el reconocimiento de patrones melódicos y rítmicos, de grupos de notas(acordes, arpegios, escalas). Esto tiene una relación con la forma en que trabaja la memoria a corto plazo. Al principio de nuestra formación, cada nota es considerada un objeto. Al llegar a siete (o nueve) objetos la memoria está llena. Cuando, gracias al estudio continuado, el cerebro aprende que esas siete notas (o treinta) forman una unidad o patrón (chunk en inglés), la velocidad se multiplica. Siete bloques de siete notas se leen a la misma velociad que siete notas aisladas. No sé si me explico. Por otro lado, el ritmo y la melodía son, en sí mismos, algoritmos (las tablas de multiplicar y los números de teléfono se memorizan usando el ritmo). Al cerebro le encantan los algoritmos, los patrones...Si se estudia bien, no hace falta empeñarse: el cerebro fabrica patrones constantemente. No sabe trabajar de otra manera. Por eso le cuesta cambiar el "chip" al pasar de una clave a otra: hay un cambio de codificación y los patrones ya no le valen.