Buenas. Le comenté el otro día a Wikter que andaba liado con el bricolaje en mi habitación de hacer cosas ruidosas. Para entender la cosa tengo que poneros en antecedentes:
Hace un tiempo me pasaron unas planchitas de espumas "acústicas", tan aparentes como inútiles realmente para su propósito. El caso es que pensé que, al menos estéticamente, no vendrían mal; y así es, quedaron muy molonas pero al no poner en la zona desnuda de la batería, descubrí que había allí algunas resonancias agudas un poco feas de más.
Pensando en como recubrir esa zona para evitarlo, al final pude pillar unas "trampas de graves" a un precio más que razonable. La razón de pillar este tipo de solución era "arquitectónica", no acústica. La cosa es que toooodo el tinglado de mi estudio no usa ni cola, ni clavos, ni adhesivo... Está preparado para poder desmontarlo y volver a montarlo en cualquier lugar sin que queden marcas en el proceso. Así que para poder cubrir esa zona necesitaba algo con consistencia para poder armar el puzzle; tal que así:
Y así se ha quedado; pero antes de que lo hubiera hecho tuvimos una cena en buena compañía en el que comenté el asunto. Al final me pidieron ver el zulo y, cuando lo vieron, se empezó a comentar que a la cosa le faltaba decoración y toque de diseño...
Yo ya venía cernirse el nubarrón que se avecinaba, pero la magia de la cerveza hizo que, tras unas tocadas de narices y más birras del respetable, me tirara al monte y les tiré un órdago: les invité amablemente a que a ver si eran capaces de dejarme tan molón el estudio como presumían; pero cumpliendo las reglas de casa: nada de pintar, nada de pegar, nada de clavar, nada de taparme los altavoces con nada, simetría en lo que pusieran y muy especialmente en la parte superior de la mesa...
Con estas premisas ya estaba convencido de que poco-nada iban a poder hacer... Ingenuo de mí.
Pasaron unos pocos días y en esto que empezaron a traer cosas, y venían acompañados por ¡niños!... Esto ya encendió todas las alarmas (ya sé por antecedentes como se las gasta la patrulla infantil). Pero nada podía hacer porque la única condición que se me puso es que hasta que no terminaran no podía ver ni opinar nada sobre el asunto...
El resultado, claro, no podía ser otro:
Ahora resulta que tengo el home-studio ideal que mi abuela siempre quiso tener, bieeeeennnn... Y no se te ocurra tocarle ni un bigote a cualquiera de los ratoncillos, porque ya lo intenté y los niños hicieron su famosa técnica:
Guay...
Así que en éstas me veo, tendré que irme acostumbrando por lo que se ve... Estimulación visual no me va a faltar, eso sí... Ea...
Ya sabéis niños y niñas... Sed buenes y no bebed en exceso ni dejaros llevar por malas compañías; porque estas cosas os pueden pasar si no lleváis cuidado y no rezáis todas las noches al ángel de la guarda.
Avisaos quedais...
Hace un tiempo me pasaron unas planchitas de espumas "acústicas", tan aparentes como inútiles realmente para su propósito. El caso es que pensé que, al menos estéticamente, no vendrían mal; y así es, quedaron muy molonas pero al no poner en la zona desnuda de la batería, descubrí que había allí algunas resonancias agudas un poco feas de más.
Pensando en como recubrir esa zona para evitarlo, al final pude pillar unas "trampas de graves" a un precio más que razonable. La razón de pillar este tipo de solución era "arquitectónica", no acústica. La cosa es que toooodo el tinglado de mi estudio no usa ni cola, ni clavos, ni adhesivo... Está preparado para poder desmontarlo y volver a montarlo en cualquier lugar sin que queden marcas en el proceso. Así que para poder cubrir esa zona necesitaba algo con consistencia para poder armar el puzzle; tal que así:
Y así se ha quedado; pero antes de que lo hubiera hecho tuvimos una cena en buena compañía en el que comenté el asunto. Al final me pidieron ver el zulo y, cuando lo vieron, se empezó a comentar que a la cosa le faltaba decoración y toque de diseño...
Yo ya venía cernirse el nubarrón que se avecinaba, pero la magia de la cerveza hizo que, tras unas tocadas de narices y más birras del respetable, me tirara al monte y les tiré un órdago: les invité amablemente a que a ver si eran capaces de dejarme tan molón el estudio como presumían; pero cumpliendo las reglas de casa: nada de pintar, nada de pegar, nada de clavar, nada de taparme los altavoces con nada, simetría en lo que pusieran y muy especialmente en la parte superior de la mesa...
Con estas premisas ya estaba convencido de que poco-nada iban a poder hacer... Ingenuo de mí.
Pasaron unos pocos días y en esto que empezaron a traer cosas, y venían acompañados por ¡niños!... Esto ya encendió todas las alarmas (ya sé por antecedentes como se las gasta la patrulla infantil). Pero nada podía hacer porque la única condición que se me puso es que hasta que no terminaran no podía ver ni opinar nada sobre el asunto...
El resultado, claro, no podía ser otro:
Ahora resulta que tengo el home-studio ideal que mi abuela siempre quiso tener, bieeeeennnn... Y no se te ocurra tocarle ni un bigote a cualquiera de los ratoncillos, porque ya lo intenté y los niños hicieron su famosa técnica:
Guay...
Así que en éstas me veo, tendré que irme acostumbrando por lo que se ve... Estimulación visual no me va a faltar, eso sí... Ea...
Ya sabéis niños y niñas... Sed buenes y no bebed en exceso ni dejaros llevar por malas compañías; porque estas cosas os pueden pasar si no lleváis cuidado y no rezáis todas las noches al ángel de la guarda.
Avisaos quedais...