Mikolópez escribió:
¿Y no será eso simple y llanamente un mal profesional? Si el profesional lo es porque cobra ¿deja de serlo cuando está en un proyecto gratuito?
No, no necesariamente. Por eso digo que el límite es muy difuso. Yo si toco, generalmente cobro, y me considero semiprofesional porque tengo mi trabajo "normal" aparte. También ha habido veces que he dado conciertos benéficos (precisamente en navidad, para donar la recaudación-donativo a una ONG o similar) o simplemente porque me ha apetecido tocar en un lugar especial (por puro amor al arte, digamos).Grabo pianos o voces o hago arreglos o lo que sea para amigos, por ejemplo, y aunque sean proyectos serios habitualmente no cobro (me gusta que mis amigos también me echen una mano de vez en cuando si me hace falta), y no por ello las toco peor, lógicamente. A veces sí cobro por ese tipo de encargos, y si no cobrase no los haría.
Peeeero, y a esto me refería con el límite difuso, también sabemos que hay mucha gente tocando por la costa con un arranger que no ha tocado una tecla en su vida y nada más que le da al play del MIDI y hace el mítico fake-playing, o grupos de amigos con escasa preparación, ínfimo nivel instrumental y artístico y pésimo nivel de ensayos, que acaban tocando de cuando en cuando en el circuito de bares, y estos son competencia también. Son también actores de un mercado en el que se mezclan profesionales, semiprofesionales, amateurs del montón alto, del montón bajo, y directamente bodrios infumables o gente con mucha cara. Y esto es intrusismo profesional (no me gusta el apelativo, pero no hay otro), aunque lo hagan con la mejor voluntad e ilusión del mundo (en más de un bar he visto y escuchado cosas demasiado esperpénticas para ser ciertas).
Y ojo, que no digo que me parezca bien o mal, cada cual se divierte y/o se busca las habichuelas como mejor sabe o puede. Simplemente constato un hecho.
lunetico escribió:
Yo siempre dudo de las personas que se autodenominan algo. Si eres un pro o no lo deben juzgar los posibles clientes o el publico al que va dirigido tu producto, ese es el mejor sello que existe. Quizá con tu simple afición o hobbie seas capaz de realizar un trabajo mejor que un pro, cobres o no cobres por ello.
Hombre, yo no es que desconfíe, es que si alguien se autodenominase pro, pensaría que es un flipado, nada más. Por supuesto que son los demás los que deben de juzgar cual es tu nivel de calidad en lo que haces. Pero cuidado, lo tendrán que juzgar
tus clientes, no el público al que te diriges. Yo puedo dirigirme a un público consistente en mi familia y amigos, y a ellos encantarles como toco, pero eso no me convertiría en un profesional, ¿no? (estoy llevándolo al extremo). La diferencia es si cobras por tu trabajo.
De hecho, alguien que nunca ha cobrado por su trabajo, aunque lo haga razonablemente bien, difícilmente podrá considerarse un profesional. Mientras que alguien que suele cobrar por su trabajo y a veces no cobra, sí.
En la música es especialmente difuso este tema, porque en otros ámbitos no pasa nada si dices "soy pintos aficionado", o "soy carpintero aficionado". A uno que le gusta barnizar muebles como hobby no se le ocurre decir "soy ebanista". Se presume y asume que es un hobby, que aunque produzca un alto nivel de calidad, no es una profesión. Mientras que el día que el aficionado vende un cuadro o restaura un mueble cobrando, ya será un semiprofesional o profesional, de la calidad que sea (que el mundo está lleno de malos profesionales en todos los sectores).