#75
Me contesto a mí mismo... (con la ayuda de PFC y su review sobre Streichfett)
"Los antecedentes
Eminent (o ARP) Solina, Roland RS-101…505, Logan Strings, Elka Rhapsody, Farfisa Syntorchestra, Korg Lambda y Trident y tantos otros, ocupaban hace 40 años bajo la denominación ‘string machine’ un terreno diferente a los sintetizadores monofónicos, destacando especialmente su polifonía total. Esa polifonía sin límites se obtenía mediante divisores de octava a partir de una señal base. Desde ese único reloj/oscilador maestro, generalmente pulsado -rectangular estrecha-, se obienen las frecuencias de las 12 notas y sus octavas por subdivisión, lo que es especialmente fácil desde el punto de vista electrónico por tratarse de señales con sólo dos valores, así que ‘casi’ digitales. Una solución económica que no exige un oscilador para cada voz y que ya estaba presente en los órganos electrónicos, pero que en las ‘string’ se acompaña con recursos específicos. Un juego de filtros fijos impartía las resonancias que esperamos en los instrumentos consiguiendo el milagro de convertir esos pulsos en una señal que recuerda el timbre básico de cuerdas, voces, y otro pequeño juego de sonidos. Para cada timbre un determinado esquema de filtrado que imponga las resonancias principales características del instrumento (o los formantes de la voz). No es más que una aplicación electrónica del modelo excitación+resonador que describimos en la primera entrega de la serie sobre síntesis. El sonido de esa fuente ‘ultrapolifónica’ se animaba con todo tipo de chorus, ensembles, phasers, modulación en amplitud, … Lo que fuera con tal de generar una sensación de densidad propia de una sección. En particular era habitual contar con varios LFOs combinados para definir la trayectoria de las modulaciones en esos efectos, o incluso se trataba de unidades múltiples (un chorus de dos o tres etapas o secciones, por ejemplo) funcionando en paralelo. Esos efectos eran un elemento esencial al sonido ‘strings’."
"La propia idea de la subdivisión como forma de generar las notas es, como decía, muy diferente a la clásica idea de oscilador en sintes. Si lo pensáis recordando lo de los subosciladores, más o menos por ahí va la cosa. Si tienes un único oscilador maestro a una frecuencia alta, por sucesión de subdivisiones obtienes señales cuadradas o pulsadas (aunque luego se filtren para darles otros caracteres) de la frecuencia de cualquier nota. Las máquinas de los 70s son un caso peculiar que combina tecnología analógica y un tecnología digital aún en pañales, que no está basada en programación, sino que sencillamente se dedica a hacer esas subdivisiones. De hecho en muchos subosciladores de los 70s aparecían esos mismos elementos proto-digitales. Lo que importa es que es una tecnología en la que el paso a digital es muy natural, y que Streichfett sea digital no lo hace muy distinto (sí más versátil) que sus antecesores. Desde luego los filtros de Streichfett y los efectos son digitales, pero para este uso es lo mejor. Los filtros de resonancias y formantes en digital van muy bien cuando están bien hechos (y es el caso) y los efectos suenan con menos ruido y distorsión (porque los BBD de los 70s no son el paradigma de la calidad audio, la verdad)."
Me contesto a mí mismo... (con la ayuda de PFC y su review sobre Streichfett)
"Los antecedentes
Eminent (o ARP) Solina, Roland RS-101…505, Logan Strings, Elka Rhapsody, Farfisa Syntorchestra, Korg Lambda y Trident y tantos otros, ocupaban hace 40 años bajo la denominación ‘string machine’ un terreno diferente a los sintetizadores monofónicos, destacando especialmente su polifonía total. Esa polifonía sin límites se obtenía mediante divisores de octava a partir de una señal base. Desde ese único reloj/oscilador maestro, generalmente pulsado -rectangular estrecha-, se obienen las frecuencias de las 12 notas y sus octavas por subdivisión, lo que es especialmente fácil desde el punto de vista electrónico por tratarse de señales con sólo dos valores, así que ‘casi’ digitales. Una solución económica que no exige un oscilador para cada voz y que ya estaba presente en los órganos electrónicos, pero que en las ‘string’ se acompaña con recursos específicos. Un juego de filtros fijos impartía las resonancias que esperamos en los instrumentos consiguiendo el milagro de convertir esos pulsos en una señal que recuerda el timbre básico de cuerdas, voces, y otro pequeño juego de sonidos. Para cada timbre un determinado esquema de filtrado que imponga las resonancias principales características del instrumento (o los formantes de la voz). No es más que una aplicación electrónica del modelo excitación+resonador que describimos en la primera entrega de la serie sobre síntesis. El sonido de esa fuente ‘ultrapolifónica’ se animaba con todo tipo de chorus, ensembles, phasers, modulación en amplitud, … Lo que fuera con tal de generar una sensación de densidad propia de una sección. En particular era habitual contar con varios LFOs combinados para definir la trayectoria de las modulaciones en esos efectos, o incluso se trataba de unidades múltiples (un chorus de dos o tres etapas o secciones, por ejemplo) funcionando en paralelo. Esos efectos eran un elemento esencial al sonido ‘strings’."
"La propia idea de la subdivisión como forma de generar las notas es, como decía, muy diferente a la clásica idea de oscilador en sintes. Si lo pensáis recordando lo de los subosciladores, más o menos por ahí va la cosa. Si tienes un único oscilador maestro a una frecuencia alta, por sucesión de subdivisiones obtienes señales cuadradas o pulsadas (aunque luego se filtren para darles otros caracteres) de la frecuencia de cualquier nota. Las máquinas de los 70s son un caso peculiar que combina tecnología analógica y un tecnología digital aún en pañales, que no está basada en programación, sino que sencillamente se dedica a hacer esas subdivisiones. De hecho en muchos subosciladores de los 70s aparecían esos mismos elementos proto-digitales. Lo que importa es que es una tecnología en la que el paso a digital es muy natural, y que Streichfett sea digital no lo hace muy distinto (sí más versátil) que sus antecesores. Desde luego los filtros de Streichfett y los efectos son digitales, pero para este uso es lo mejor. Los filtros de resonancias y formantes en digital van muy bien cuando están bien hechos (y es el caso) y los efectos suenan con menos ruido y distorsión (porque los BBD de los 70s no son el paradigma de la calidad audio, la verdad)."