Yo también me intereso mucho por saber cómo realizáis vuestras obras. Personalmente, como compositor de conservatorio, estoy acostumbrado al lápiz y papel, aunque reconozco que últimamente hago muchas cosas directamente en editor de partituras, pues me es mucho más fácil, cómodo y rápido.
Luego está el tema de la reproducción, ahí sí que por mucho que use instrumentos virtuales, muestras de sonido, reverbs y demás, la reproducción mecánica del ordenador exportando el MIDI del editor de partituras a un secuenciador no se la quita nadie.
Así que mi propuesta de trabajo, y seguramente la que utilizaré a partir de ahora es:
1) Escribir la partitura en Sibelius u otro editor de partituras. Creo que es el modo de realizar una música mejor concebida, bien orquesta desde la teoría, desde un concepto y una técnica muy clara, y procurando dejar siempre una partitura impecable para que, si se diese el caso o la oportunidad algún día, pudiese ser perfectamente interpretada por instrumentistas reales.
2) Exportar la partitura a MIDI, e importarla en un secuenciador tipo Logic, Cubase o el que más os guste. Una vez la partitura está creada, siempre es más fácil realizar los trabajos posteriores en un secuenciador que en un editor, aunque últimamente Sibelius, Finale y otros ya permiten usar librerías de sonidos, instrumentos virtuales, etc.
3) A pesar de tener ya la música en el secuenciador, y poder añadirle efectos, reverb, panorama o ecualización, la reproducción mecánica siempre está presente, así que lo que yo haría después es procurar una interpretación más humana, y posiblemente el mejor modo es precisamente que lo toque un humano (yo mismo). Así que lo que haría, para ahorrar tiempo es substituir la interpreción mecánica por una más humana, una interpretación real. ¿Cómo? Así:
Sobre el MIDI ya importado, donde está y puedo oír toda la música, crear una nueva pista y silenciar una, la que quiera, que voy a substituir. La parte de este instrumento la voy a interpretar personalmente con un teclado MIDI, cargando el sonido correspondiente de la librería de sonidos que utilice, y la grabaré en la nueva pista creada. De este modo, siempre tengo el resto de instrumentos que me sirven de base o acompañamiento para interpretar la parte que voy a substituir, puedo tocarlo todo de un tirón y no me pierdo en el tempo.
Lógicamente, una vez substituida esta pista, puedo eliminar la original y proceder a ir substituyendo una por una todas las demás con el mismo método, obteniendo finalmente todas las pistas, o las más imprescindibles, interpretadas por mí, y habiéndoles dado esa expresión de la que carecían y que el ordendor por sí sólo no puede darles.
Bueno, esta es la teoría, ahora falta la práctica, porque todavía no he realizado ningún tema así y no sé hasta que punto me será realmente productivo. En ello estoy. ¿Qué os parece?
Si veo que la cosa no va del todo bien, ya perfeccionaré mi método, pero creo que no será un mal hábito de trabajo.