udog escribió:La verdad es que si es de mucha ética o poca creo que no importa. Al estado eso no le importa.
En cuanto a lo del estado perfecto, podemos esperar sentados para no cansarnos mucho, por supuesto que es un problema del individuo. Es de lo que está compuesto el estado.
Por supuesto que es un mal del sistema. Los daños colaterales a los que te referías frívolamente, siempre decantan hacia el disonante y el paria; eso es lo que llamamos en castellano tendencia, e indica un mal sistémico o crónico del sistema. No son fallos del individuo burocrático, es el sistema autodefendiéndose. El sistema necesita consumidores obedientes; nada más.
La ética es fundamental para que un Estado alcance algún día un miligramo de verdad. Es importante no distorsionar los significados de lenguaje, en base a esos significados, distinguiremos bien de mal. Así, esa necesaria ética, a modo férreo, es la única que puede construir una verdad basada en la lengua. El ser humano no tiene otra herramienta más que la lengua para que la ética adquirida tras siglos no se desvanezca.
Si permitimos que los significados se alteren, y que la ética sustentada en el lenguaje decaiga, nos veremos de nuevo en manos del nazismo o de algún similar. La censura, la quema de libros y la construcción de nuevos significados. Hay que defender la lengua para que los desalmados no construyan la nueva realidad que les conviene. De ahí tanto interés del sistema en cargarse el sistema educativo, la industria del arte (música) y la libertad de expresión.
¿Quién coño tiene los santos huevos para decir que todo eso es un fallo de un burócrata? ¡Venga hombre!
udog escribió:Por cierto, el tal dios dinero tiene muy mala fama. Pero creo que si se ve con los mínimos prejuicios posibles, quizá caiga uno en la cuenta de que no está tan mal como lo pintan. Hay dioses bastante peores circulando por ahí.
La cuestión no es el dinero, si no la adoración, la idea errónea en esta sociedad hacia ese dios. Idea que bombardea el sistema; ya que se nutre de ella. Los dioses no son el problema, sí el uso o la utilización.