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Precisamente, algo pasó hace años con la «democratización» de la fotografía. Un mundo relegado a Canon o Nikon en el mundo profesional o cámaras mediocres para el resto de los mortales. Ahora existen cámaras que no están nada mal y llevan, además, un teléfono y un mini ordenador incorporados. Y el que más o el que menos tiene una compacta con una calidad alta, imposible de imaginar antes del año 2000.
El mundo del rock puede que fuera el más adelantado en esta democratización. Una guitarra, mejor o peor, con un par de pedales siempre han sido mucho más asequibles que los sintetizadores.
Han tardado algo más, pero a día de hoy puedes tener un teclado workstation por mucho menos de mil euros, o por precios similares un VA multitímbrico de 16 partes con o sin teclado o varios analógicos Behringer con/sin teclados y/o presets. Algo impensable hace tan solo 10 o 15 años.
Y estoy pensando en reediciones que si no fuera por Uli no podríamos ni soñar tenerlos nuevos y con acceso vía USB. Los Deepmind (de diseño propio), el SH 101, el MonoPoly, el Wasp y todos los que ya conoceis.
Nada que no se haya dicho ya por aquí.
Bienvenida, por fin, la democratización de la música electrónica.