∞≠∞ escribió:
Curiosamente y en contra de lo que se suele pensar en la literatura teórica antigua hay verdaderas joyas de la pedagogía sobre le oficio histórico del compositor que merecerían ser rescatadas en ediciones modernas. IMSLP está lleno de grandes libros eclipsados por el mito de Schönberg y el compositor tipo pose "Si es arte no es para todos, si es para todos no es arte". Ese mito está haciendo mucho daño a la creación artística y a los vínculos sagrados de unidad entre el público y el artista. La mitología actual convierte en artista a alguien que da la espalda al público y posa como artista sin ser capaz de desarrollar obras que despierten el interés o la emoción del público.
Respecto a Schönberg sigo sin compartir esa idealización del arte. El arte es un oficio que permite crear obras artísticas de calidad y con una función. Cuando Gershwin compone gran parte de su música no lo hace para representar su biografía o como diario de sus emociones. Escribe música para ganar dinero y lo hace en el estilo que le es familiar y domina.
Bach escribía sus cositas para divertirse o para ganar dinero rápido. Cuando Beethoven tenía problemas de liquidez agarraba un papel y escribía danzas simplonas para vender como churros en la tienda de música y hacer caja. Eso es igualmente arte, no es magistral, pero es arte.
Sinceramente, este asunto, que es muy homogéneo en todos tus posts, casi sean del hilo que sean, sobre "la torre de marfil" y su relación con la distancia y efectos sobre la educación musical, aunque sea un punto de vista de vista interesante para denunciar situaciones que a veces se producen, como punto de partida sobre una reflexión acerca de lo que es el arte, y otro montón de cosas, está muy bien.
Con lo que no puedo estar de acuerdo es con la manera en que tu lo enfocas, que es yéndote exactamente al polo opuesto y planteándolo todo en blanco o negro, de tal forma que por lo que escribes parece que pones todo en el mismo rasero, por denunciar que se quiera poner todo bajo otro rasero diferente. Con esto no puedo estar de acuerdo, ni en este ni en otros hilos.
Los propios "artistas" (que odio profundamente la palabra) o, más específicamente, los propios compositores, han vivido y trabajado siempre entendiendo sin ningún problema que este no es un tema blanco o negro, sino un continuo de grises. Por supuesto que Schoenberg, ejemplo citado, era él mismo consciente de sus propias contradicciones. Gershwin, también citado, hizo muchísimo dinero escribiendo canciones para Tin Pan Alley, y no dejo ni un día de su vida de invertir ese dinero en estudiar con todo el que pudo, en analizar a Debussy o Stravinsky, y puso todo su esfuerzo en convertirse en un compositor "serio" (comillas gigantes), cosa que personalmente creo que consiguió con Un americano en París, sobre todo.
Poner tanto la artesanía musical más utilitaria como las obras maestras bajo el paraguas de "todo es arte", lo que hace es establecer una línea en la que nada destaca sobre lo demás. Beethoven cuando necesitaba dinero escribía arreglitos de canciones escocesas, y Brahms hacía adaptaciones para piano de sus obras para que el editor las vendiera a las amas de casa del siglo XIX, igual que Copland hizo la música de dos o tres películas infames. Me niego a creer (y evidentemente hay infinidad de evidencias) que Beethoven pusiera el mismo esfuerzo y concentración ni invirtiera el mismo tiempo en los arreglos de canciones escocesas que en los últimos cuartetos. No son lo mismo.
Podemos estar de acuerdo en que todo es arte (salvo la analogía del orfebre, porque para mi la orfebrería es artesanía y no arte, en general), pero entonces habría que establecer una distinción, la que fuera, en que hay grandes obras de arte, obras de arte del montón, y obras de mierda, tampoco se nos pueden caer los anillos.
Esa filosofía de democratizar en cierto sentido el arte (una cosa que a mi personal y humildemente me suena como muy soviética y un pelín trasnochada), de fomentar su utilitarismo para "las masas", porque el principio de la torre de marfil aleja al arte de las personas es una distinción igual de negativa que el pensar que todo lo que se compone debe ser una obra maestra, como tú decías. Claro que no. Todos los compositores tienen claro que hay un continuo entre la obra maestra y la obra utilitaria, con miles de matices entre uno y otro polo que los compositores han transitado sin ningún sobresalto. De hecho los compositores soviéticos son un buen ejemplo de que ninguno de los extremos es bueno, y de hecho resulta hasta antinatural para la composición (que se lo digan a Shostakovich que estuvo a punto de dar con sus huesos en Siberia varias veces).
Y tampoco tiene nada que ver con la aceptación o no del público, si una obra maestra además tiene aceptación, maravilloso, como decía Vagar, miel sobre hojuelas. Pero si no la tiene, tanto da. Sigue siendo una obra maestra (no hace falta recordar que en el estreno de La consagración la gente acabó a leches).
Dices que "todo es arte, no magistral, pero todo es arte". Entonces, la pregunta que te haría, humildemente y porque de verdad quisiera tener otro punto de vista y seguir avanzando con el debate, sería que ¿dónde está la diferencia entre lo magistral y no? Hay algún principio que identifique a esas obras magistrales (que por definición son las menos numerosas) de toda la demás morralla que nos rodea?
Así además podemos volver un poco al hilo