Yo doy media hora de piano y dos de solfeo a la semana. Si pudiera (quién me lo iba a decir a tu edad) daría el triple de clases.
Las clases de media hora son muy cortas y, en mi experiencia hasta ahora, puedo dejarte algunas reflexiones:
-A un adulto no se le enseña como a un niño. Se espera de él más autonomía, sobre todo durante el tiempo que media entre clase y clase. Son esos días, de soledad y esfuerzo mental y físico, en los que está la clave para progresar a un ritmo que te dé alegría. Nadie te va a ayudar en esos momentos, aunque si buscas libros y en internet hallarás excelentes consejos (que misteriosamente, sólo sirven si los pones en práctica
)
-Así, es muy importante que esa media hora semanal esté bien estructurada, para que cunda. Esa estructura, normalmente, se adaptará a tí: a tus puntos fuertes o débiles, tus dudas, tus emociones. En este punto también tienes mucho que aportar para construir una clase mejor. Anota en una libreta qué haces entre semana, cómo lo haces, cuánto tiempo, dudas, todo lo que se te ocurra. Consigue que se te conceda un tiempo en cada clase para hablar de todo ello, y anota también cada cosa que aprendas en clase. Usa el lápiz tanto o más que el piano.
-Es decir: una clase de media hora, para que sirva de algo, es una especie de tutoría a la que se debe llegar bien preparado. De lo contrario, cumplirás treinta antes de entrar en el conser.
-Los primeros meses (entre 3 y 6, a veces más) los pasarás fortaleciendo dedos y creando nuevas conexiones neuronales a punta pala. Tómatelo con filosofía, e imagina que no tienes prisa, eres inmortal, que te queda toooodo el tiempo del mundo para dedicarlo a un simple ejercicio con dos dedos. No te puedes ni imaginar el trabajo que tendrás que hacer después, si no haces esos primeros ejercicios de forma perfecta y relajada. Borrar un error cuesta 35 veces más que consolidar un buen hábito. Son datos probados.
-Ante cualquier sensación de tensión o dolor, para y descansa un par de minutos.
-A clase se va a aprender, no a dar un concierto ante la profe. Así que no pierdas tiempo tratando de impresionarla: trabaja en lo que no sabes durante esa media hora. Si quieres escuchar tu progreso y compartirlo, grábate mientras tocas.
-A clase no se va a charlar, aunque siempre se charle un poco.
-A clase no siempre se va a tocar. Habrá días en que lo único que hagas será trabajar con papel y lápiz.
-La cantidad de tiempo que dediques es importante, pero sólo cuando la consideras a muy largo plazo. Es decir, cuando llevas diez o veinte años has adquirido unas habilidades de experta, pero como verás no son lo mismo 10 años que 20, y esos 10 años de diferencia a veces están, no en la cantidad de horas diarias, sino en la calidad del tiempo de estudio.
-Pensar en la edad y el talento no sirve para nada, imagina que no existen y sólo así podrás dedicar toda tu inteligencia a solucionar problemas prácticos. Cada dificultad al piano es sólo un problema y se resuelve con inteligencia, no con talento ni con pico y pala.