La verdad es que entiendo perfectamente lo que dicen Mateu y mikolopez, incluso coincido con ellos desde un punto de vista racional, pero no puedo más que empatizar y simpatizar con Manosdeputo (por cierto, vaya nick, no puede uno nombrarlo sin sentir que está insultando a alguien
) ya que a mí me pasó algo parecido: empecé en una "institución" en la cual no aprendí nada, después estuve con un profesor, un saxo de jazz, con el que aprendí muchísimo.
He entrecomillado lo de la institución porque no era el conservatorio, era una escuela de folklore canario montada en mutua connivencia por alguna delegación estatal (cabildo, delegación, conserjería, yo que sé) y más de un profesor del conservatorio, que incluso tenía un método propio de cifrado, escritura y lectura en pentagrama, de acordes, técnicas y ritmos típicos de ese folklore. Empecé en toda esta historia de la escuela también con 12 años, estuve uno o dos años que casi matan mi interés por la música a base de aburrimiento perpetuo que derivó en una falta total de motivación.
Ni que decir tiene que a mí lo del folklore jamás me gustó, entré en la escuela por lo mismo que el chiste de la madre que le dice al hijo: "Pepito, abrígate que TENGO frío"
. De pequeño yo ya había estado aprendiendo solfeo, en clases de violín y algo en el coro del cole, y puedo asegurar que cuando salí de aquella "escuela" sabía menos que cuando entré.
Cuando empecé con el otro profesor, decidió, muy acertadamente, que lo mejor era empezar desde cero, como si no hubiese dado nunca clases de música, incluyendo interminables ejercicios de ritmo (ya sabéis, palmaditas y demás), cejilla hasta quedarme con la muñeca hinchada y cosas por el estilo. Pero mirad, sin ser un gran profesor, por lo menos te daba motivación, según íbamos avanzando se tocaban cosas, tocábamos clásica, me descubrió el jazz y el blues hasta llegar a ponernos a improvisar, permitía separarse de vez en cuando de la clase estricta y llegar al rock y el heavy que a mí me gustaba y que, en esa época, era lo que yo quería tocar. En consecuencia, mi motivación estaba por las nubes, tocaba la guitarra mínimo 4 horas al día y me pasaba fines de semana enteros pegado a la guitarra, ni salidas ni videojuegos, solo la guitarra. A los tres años el mismo profesor me dijo que a partir de entonces no podía enseñarme nada más de guitarra, que tenía que elegir entre seguir con él solo para teoría, buscarme alguien especializado en la guitarra o meterme en el conservatorio.
Dos años en la famosa escuela y casi matan mi interés por la música. Tres años con el profesor y estaba enseñándole técnicas yo a él
En fin, después llegaron circunstancias, sobre todo la universidad, mi educación teórica se quedó a medias y mi práctica con la guitarra se esfumó con los años
, es lo que hay.
Y bueno, perdonad el tocho, es que me he puesto un poco melancólico con tantos recuerdos, la cuestión es que la música no es tan diferente a otras materias, hay MUCHO conocimiento acumulado, desdeñar ese conocimiento sería de tontos o de falta de interés, y es imposible aprenderlo en 2 días, pero coño, un poquito de motivación ayuda, que a ciertas edades todos pecamos de lo mismo, a falta de motivación lo único que queda es la vara
, y la falta de motivación no es culpa ni responsabilidad exclusiva del alumno, es CASI al contrario, que para algo el adulto (y el que cobra) es el profesor.
Saludos.