Esto es justamente lo que me pasa, pero con esto y con tantas otras cosas: que no me acabo de fiar:
Si hablamos de afinación y de contundencia, esta chica es coja, vamos que cojea.
Luego , sí es verdad que le encuentro ese halo de fragilidad indígena-cosmopilita tan habitual sin embargo en las hijas de lso embajadores y de algunos disctadores centroamericanos.
Pero también tiene algo de inaudito (bueno ianudito puedeo sewr yo cantando rancheras).
Pienso (pero no muevo un dedo, desde luego, para verficarlo): ya te estás pasando, prejuiciosos, seguro que es una chica del pueblo llamo, con más méritos que Isabel la Católica en una oposición a Ugier de las Cortes.
Y al punto, digo, a ver qué piensa la comunidad adyacente de personas hispasónicas, me sacarán a colación ejemplos de otars cantantes mejores (como así ha sido), incluso puede que haya debate.
Lo que está claro es que se popularice a esta cantante favorece que aflore el jazz, la bosa nova, etc. estilos que llevan bastante tiempo relegados a minorías.