Eso significa que llegará la época en que “tener colección musical” será cosa del pasado remoto y viviremos en una realidad donde hay disponibilidad absoluta de toda la música que ha sido grabada en la historia, o al menos toda la que las discográficas nos permitan escuchar. Spotify es un excelente primer intento pero estoy seguro que en el futuro habrán nuevas alternativas, especialmente por Apple que apuesten por ofrecer música por medio de streaming a base de una suscripción mensual.
Lo que me está pasando es que, al tener una selección musical exageradamente grande en Spotify, dejo de abrir iTunes, termino escuchando la música desde ahí, no solo por comodidad y rapidez, es que Spotify es un software mucho más liviano, se abre más rápido y simplemente funciona mejor.
Después de la experiencia de la disponibilidad semi-absoluta de música, iTunes es como tener un archivo de algunas páginas web guardadas en el disco duro y Spotify es como abrir el navegador cuando estás conectado a Internet: tienes casi todo a tu disposición.
Ahora, los problemas son varios, para que servicios como Spotify lleguen a las masas, funcionen y reemplacen por completo a las colecciones de música, se necesitaría que Internet fuese ubicuo, siempre disponible, no importa dónde estás, y claro es muy importante dejar de depender de una computadora para escuchar música de esta forma, con que cualquier reproductor de música o smartphone tengan acceso.
Claro, ahora parece un sueño inalcanzable, pero creo que Spotify nos está enseñando (en un nivel bastante básico) que “disponibilidad total”, la música por demanda, vía streaming y pagando una cuota mensual fija por tener acceso (sin anuncios) no solo es viable, es la mejor solución y la más “lógica” para aprovechar el potencial completo del Internet y “la nube”.
Extraído de: Alt 1040