sus_an escribió:Como las guerras, Dios no las quiere y son, pasan, existen.
Gran beatitud, la anticristo de libro.
Emilio Galsán escribió:Lo que conocemos como existencia en base a nuestra experiencia no tiene NECESARIAMENTE que ser el único plano o ámbito de existencia, Colegir que lo que mi experiencia no conoce no existe es demasiada presunción, presuponer que nada existe si no es percibido. Es el error de Berkeley: esse est percipi (Todo ser es ser percibido)
sus_an escribió:Dios permite que haya personas que usen mal su libertad.
harpocrates escribió:Yo no he dicho eso, el planteamiento es que dios está fuera de la existencia, para poder crearla debe estar abstraído de ella, independientemente de los planos que la existencia tenga y de cuantos nosotros podamos percibir.
Emilio Galsán escribió:¿No habría sido mejor, más "bondadoso" no haber creado a ciertos seres o haberlos creados sin libertad para hacer el mal?
Emilio Galsán escribió:deberíamos decir que no somos libres, pues la opción de elegir el mal conduce a nuestra perdición eterna.
Emilio Galsán escribió:Pero ¿Qué ocurre con los que quieren ejercer su libertad y elegir el mal? Son condenados eternamente. ¿Qué clase de libertad es aquella que, cuando la ejerces, te condenas para toda la eternidad?..
Emilio Galsán escribió:La existencia de Dios es distinta que la existencia de todo lo cósmico. En Dios esencia y existencia son la misma cosa. En nosotros, la existencia y la esencia son cosas distintas, aunque relacionadas entre sí. Por ejemplo para la escolática la esencia precede a la existencia, mientras que para el existencialismo, la existencia precede a la esencia (Sartre)
Dios no crea su propia existencia, sino que su esencia es idéntica a su existencia. Si esencia y existencia de Dios no fueran la misma cosa, entonces sí que hubiera sido necesario que Dios creara su propio plano de existencia, lo que llevaría a la paradoja de que no podría haberlo creado sin existir previamente.
Emilio Galsán escribió:no puede elegir el mal.
Emilio Galsán escribió:El verdadero creyente- y yo, con toda la humildad lo digo, me considero un verdadero creyente), no es libre, no puede elegir el mal. Cuando lo elige es por ignorancia. Una vez que se ha comprendido que Dios es inescrutable e incomprensible y aún así se le acepta como el infinito Bien, un creyente ya no es libre para hacer el mal, y si lo hace es por falta de coherencia, por ignorancia.
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