Creo, en mi humilde opinión, que desligar la funcionalidad del sentido del oído humano, de la música, es un contrasentido. La música se ha desarrollado en la humanidad precisamente apoyándose en la percepción de fenómenos físicos a través del oído y que luego han sido tratados culturalmente. La clave, a la hora de escuchar, está en la carga de significado cultural que han adquirido determinados timbres, combinaciones y estructuras sonoras a lo largo de la historia de diferentes civilizaciones. El sonido, como estímulo, produce una serie de respuestas en nosotros que son “filtradas” culturalmente. Digamos que es la materia prima, la base sobre la que se construye la música. Esa funcionalidad del sentido del oído a la que te refieres, no es cultural, es biológica y por tanto irrenunciable. Precisamente, las vanguardias del s. XX comenzaron un camino que terminó en lo contrario a lo que planteas, con toda lógica. La segunda mitad del siglo XX supuso finalmente la ruptura con toda la tradición musical anterior evitando cualquier combinación sonora que recordase a la tradición, buscando precisamente, la “pureza” de la percepción sensorial. Se dieron experimentos sonoros de todo tipo en los que se exploraba precisamente el sentido del oído desde un punto de vista físico, jugando con diferentes efectos y dando lugar posteriormente a obras en las que la espacialidad o el espectro de una nota por poner un par de ejemplos, se convierten en elementos centrales de la creación musical.
Dicho de otra forma, los compositores del s. XX, intentaron volver al origen del fenómeno musical: el sonido y su percepción desprovistos de significado cultural.
Creo que cuando comparas la música con el arte abstracto en pintura, confundes la función biológica –nuestras capacidades sensoriales como seres vivos optimizadas para nuestra supervivencia- con la función social desde un punto de vista cultural y antropológico. Nuestra percepción en el sentido biológico no varía si el cuadro es de Velázquez o de Kandinsky, identificamos formas y colores, lo que varía es lo que significa para nosotros.