Teniendo en cuenta que hoy en día, el pastel que persiguen muchos con titulación universitaria, es ampliar la vida estudiantil hasta el infinito, ser opositor y finalmente dar clases en secundaria (funcionario), hay que recordar que, una vez dentro del micromundo del instituto de secundaria -la base de la base de la formación 'superior'- , vuelve a aparecer este tema. Ya no me extraña ver que alguien licenciado en biología, da clases de música, o un filólogo dando clases de geología, por ajustes presupuestarios. El error es pensar que el rol de profesor, garantiza algo independiente a la disciplina concreta y parcial que hayas estudiado. A mí me parece muy grave que se de este "intrusismo", porque los alumnos se acaban dando cuenta, que importa más una pose o amaneramiento burocrático, que el trabajo concreto y pormenorizado sobre las cuestiones que te atraen, y que luego dan frutos o no, en una cualificación para enseñar a otros. "niños voy a dictar apuntes"
. A veces sería más práctico y seguramente fructífero a la larga, el poner en contacto a los estudiantes con personas con una habilidad o vocación muy clara, ya definida y madura. En definitiva, ver hacer, más que hablar sobre "lo que tu o yo haríamos si una vez, en algún lugar, si estuviéramos....". El talón de aquiles del sistema de títulos, es que como animales mentalmente muy adaptables que somos, creamos culto al apunte, al propio sistema de pruebas, en vez de verlo como caldo del cultivo, para el desarrollo personal. He conocido a varios expertos en aprobar exámenes, de lo que sea... podrían no ser buenos profesionales, pero allá donde haya un test psicotécnico, o una entre tres respuestas, a, b, y c, o un sudoku , tendrán exito. Es un talento más, lo que no entiendo es que fomente ese talento por encima de las capacidades concretas de una disciplina. Si a alguien se le ocurre poner un examen en que hay que utilizar ingenio o creatividad real, se te echará encima todo un sistema de "democracia estudiantil": "No no, ¿qué estás haciendo?, es injunto [mostrar que sí hay diferencias]; [todo examen debería poderse aprobar copiando]".
En una globalización real y justa, la información ya no va ha estar en una institución como la universitaria, sino más dispersa. Tal vez los futuros profesores sean más bien asesores, como ya están empezando a ser. El trabajo concreto, sin poses, mezclado con la formación teorica, tiene que integrarse en la universidad desde la base, para que no acabemos sabiendolo todo sobre nada en apuntes. Va a ser complicado.
Y puestos a pedir, que estoy ya parece una carta a los reyes magos, me da pena que junto con la apuntitis, domina esta máxima: "todo es un mercado". No soy músico, soy empresario musical. A ver si se pasa ya esta enfermedad. (jeje soy idealista, lo habéis notado?)