Yo me imagino que muchos estarán de acuerdo en que analizar y descomponer hasta la mínima expresión el análisis armónico es solo una manera de acercarse a la comprensión y composición musical y que hay opciones más intuitivas ¿cierto? Lo que ocurre es que a mi me pasa, no se si a otros, que cuando abordo eso con tanta minuciosidad, poniendo nombre a todo lo que va ocurriendo entre notas, describiendo procesos, colocando términos, es como si la música se convirtiera en otra cosa. Me puse a leer algunas explicaciones y quedé abrumado de tantas descripciones, me resulta imposible funcionar así, más de una vez he dejado un libro, escrito por gente muy profesional y erudita, cuando caen en eso, la sensación que me da es como si las progresiones, las armonías, las formas musicales fueran especímenes que se colocan debajo de un microscopio para analizarlas, clasificarlas y describir sus esquemas morfológicos y reactivos. No digo que para mi eso sea terreno vedado, pero prefiero reducirlo a uno en que no se salga de proporción y trabaje en conjunción con otros aspectos, más emocionales, más asociados al hacer creativo y a la vivencia psicológica o al seguimiento de los efectos, armonía por armonía, nota por nota pero sin ponerle ningún nombre, como si vieras un paisaje y no te pones a describir nada, sólo te conectas con la vivencia y como eso impacta en ti. Ojo, no estoy diciendo que para mi esa es la forma correcta sino que me pregunto si otros están conscientes que esa forma de analizar no es la única aproximación y que incluso puede hacer sentir frustrados a otros.
Yo lo que concluyo con ésto, no es invalidar o subestimar a los que están sumergidos en ese terreno, muchos son profesionales de larga trayectoria pero me pregunto si como docentes tienen la comprensión de que puede que otros alumnos usen y necesiten otros procesos de pensamiento para conformar su paleta armónica, más intuitiva, más del cerebro derecho, o si los obligan a entrar por el carril del análisis de colocar nombres y descripciones a cada proceso, en una compeja red de términos y clasificaciones.
Yo me acuerdo que a mi me fue genial en teoría y solfeo, pero cuando empecé armonía sentí tanto rechazo por la forma de abordarla que hacía lo que yo quería, que no era ningún genio, pero como muchacho llevaba mis buenos años tocando y sacando piezas de oído. Y me había construído un sistema armónico de forma totalmente intuitiva. Pero entonces comencé a reprobar la materia y un día me encuentro con mi profesor de solfeo y estaba furioso conmigo, me dijo: "¡cómo es posiblle que hayas sido uno de mis mejores alumnos, que te haya hecho dos veces hacer dos años en uno por tu capacidad y ahora me entero que estás reprobado en armonía! Según el, la culpa era mía por no entrar en el carril de los estudios de armonía, con sus leyes de tónica, dominante, relaciones de voces, que si evitar las quintas paralelas, etc. Pero un día, me puse en el piano a tocar algo que había sacado de oído y al profesor de armonía lo veo voltear muy sonreído y me empieza a analizar: "Vaya, que interesante, eso que estás haciendo es una progresión modulante hacia yo no se que, con tal nota alterada en tal para resolver luego en yo no se que cosa". Y lo veía tan sonreído que pensé ¿bueno, entonces mi comprensión intuitiva sirve o no sirve, soy un mal estudiante o no?. Entendí el terreno que estaba pisando y a partir de ahí decidí seguir todas sus reglas y así pude aprobar los otros años de armonía y hasta con notas más que decentes. Pero francamente, de esos 3 años no me quedó casi nada, todos esos años de estudios en que finalmente decidí seguir sus análisis para no reprobar los veía como ejercicios intelectuales donde colocaba unas notas aquí, otras allá sin preocuparme cómo sonaba eso, porque muchas veces ni siquiera me sentaba al piano para ver el resultado. Aaah, pero eso sirvió para aprobar la materia y para que mi profesor de solfeo respirara tranquilo. Y luego años después cuando me iba a graduar de pianista, mi profesora me dijo que había que analizar armónicamente la sonata de Beethoven y que lo haríamos juntos. Yo en tres patadas se lo hice y ella se quedó callada la boca, que eso estaba muy bien analizado, pero lo hice para que me dejara tranquilo, no porque yo sintiera que eso me ayudaba de alguna manera.
En conclusión, no invalido ese tipo de aproximaciones análíticas porque además se que muchos profesionales muy respetados las utilizan y me voy a encontrar cientos de libros que analizan que si sonatas o lo que sea así, pero mi pregunta es si ellos (los docentes) aceptan otro tipo de aproximaciones y si serían capaces de valorarlas y no hacer sentir a sus alumnos que si abordan la armonía de otra manera, sin ponerles nombres, sin clasificar ni esquematizar, sino sólo lo mínimo, también pueden ser efectivos. Yo no viví eso para nada.
Se que me salí del tema, pero quería contar mi experiencia. A mi me marcó.