¿Cómo sería la música del Antiguo Egipto?
Muchos nos hemos hecho esta pregunta. Hoy estamos muy cerca de responderla gracias al trabajo fabuloso de un musicólogo español llamado Rafael Pérez Arroyo. Este hombre ha estado durante 10 años estudiando sobre el tema para poder hacer una reconstrucción de como podía haber sido la música en el Egipto faraónico.
Los materiales con los que ha trabajado este hombre son varios.
Es sabido que la escritura musical tal como la entendemos hoy es muy posterior a la época que nos ocupa, pero los egipcios tenían una cosa llamada Kirónomos (debe ser la palabra en versión griega), que eran una especie de apuntadores que hacian gestos con las manos y con esto guiaban a los músicos -nada que ver con un director de orquesto actual- estos "apuntadores" realmente guiaban a los músicos en los sonidos, notas y maneras que debían de interpretar. Hay numerosos relieves que muestran a estos kirónomos guiando a algún músico, gracias a ellos se ha podido reconstruir como podían ser las melodías de la época.
Por otro lado, podemos saber con bastante precisión que tipo de sonidos instrumentales eran los de la época. No sólo por los relieves, que muestran flautas, tambores, arpas -un arpa llamada bnt que mide metro ochenta y es muy hermosa- etc., sino porque tenemos en los museos gran cantidad de instrumentos de la época hallados en las tumbas cerradas, y que se han podido conservar gracias al clima cálido de Egipto. Entre estos instrumentos hay sobre todo flautas diversas que pueden recordar a las actuales flautas egipcias, de la familia del Ney. Lo más espectacular es un largo laud que se ha conservado casi intacto incluídas las cuerdas. Todo esto se ha podido reconstruir.
Por otro lado, tenemos los escritos e inscripciones que se han conservado, y el conocimiento que gracias a ellos tenemos de la cultura egipcia. Sabemos que la música era un elemento fundamental en los ritos, sobre todo funerarios; era una música de alto contenido espiritual que intentaba imitar la perfección de la naturaleza, y conseguir una unión entre este mundo y el más allá, todo esto según las tradiciones egipcias.
Con todo este material, el musicólogo Rafael Pérez Arroyo, ha realizado un estudio minucioso que ha cristalizado en un libro gordísimo (y muy caro) titulado "EGIPTO. La música en la era de las Pirámides", y un disco que lo acompaña. Creo que ya fueron publicados hace un año (por lo menos el libro fue premiado por el ministerio de cultura en el 2002).
Al libro aún no le he podido echar el guante, pero he estado escuchando la música del disco y es una experiencia recomendable. Es una música muy sencilla, pausada y monótona que te va envolviendo y se abre a matices sutiles y sugerentes. El elemento principal son las voces (quizás el elemento más difícil de reconstruir), interpretadas por cantantes de ópera actuales, pero en un registro distinto que les hacen ir hacia maneras de cantar más modulantes y orientalizantes. La verdad es que es difícil de describir.
Esta obra es apasionante, sobre todo si eres musicólogo y egiptólogo (aunque sólo sea de pacotilla como es mi caso), pero también para cualquier persona con interés por la cultura.
Espero que se un tema de vuestro interés.
Un saludo
Muchos nos hemos hecho esta pregunta. Hoy estamos muy cerca de responderla gracias al trabajo fabuloso de un musicólogo español llamado Rafael Pérez Arroyo. Este hombre ha estado durante 10 años estudiando sobre el tema para poder hacer una reconstrucción de como podía haber sido la música en el Egipto faraónico.
Los materiales con los que ha trabajado este hombre son varios.
Es sabido que la escritura musical tal como la entendemos hoy es muy posterior a la época que nos ocupa, pero los egipcios tenían una cosa llamada Kirónomos (debe ser la palabra en versión griega), que eran una especie de apuntadores que hacian gestos con las manos y con esto guiaban a los músicos -nada que ver con un director de orquesto actual- estos "apuntadores" realmente guiaban a los músicos en los sonidos, notas y maneras que debían de interpretar. Hay numerosos relieves que muestran a estos kirónomos guiando a algún músico, gracias a ellos se ha podido reconstruir como podían ser las melodías de la época.
Por otro lado, podemos saber con bastante precisión que tipo de sonidos instrumentales eran los de la época. No sólo por los relieves, que muestran flautas, tambores, arpas -un arpa llamada bnt que mide metro ochenta y es muy hermosa- etc., sino porque tenemos en los museos gran cantidad de instrumentos de la época hallados en las tumbas cerradas, y que se han podido conservar gracias al clima cálido de Egipto. Entre estos instrumentos hay sobre todo flautas diversas que pueden recordar a las actuales flautas egipcias, de la familia del Ney. Lo más espectacular es un largo laud que se ha conservado casi intacto incluídas las cuerdas. Todo esto se ha podido reconstruir.
Por otro lado, tenemos los escritos e inscripciones que se han conservado, y el conocimiento que gracias a ellos tenemos de la cultura egipcia. Sabemos que la música era un elemento fundamental en los ritos, sobre todo funerarios; era una música de alto contenido espiritual que intentaba imitar la perfección de la naturaleza, y conseguir una unión entre este mundo y el más allá, todo esto según las tradiciones egipcias.
Con todo este material, el musicólogo Rafael Pérez Arroyo, ha realizado un estudio minucioso que ha cristalizado en un libro gordísimo (y muy caro) titulado "EGIPTO. La música en la era de las Pirámides", y un disco que lo acompaña. Creo que ya fueron publicados hace un año (por lo menos el libro fue premiado por el ministerio de cultura en el 2002).
Al libro aún no le he podido echar el guante, pero he estado escuchando la música del disco y es una experiencia recomendable. Es una música muy sencilla, pausada y monótona que te va envolviendo y se abre a matices sutiles y sugerentes. El elemento principal son las voces (quizás el elemento más difícil de reconstruir), interpretadas por cantantes de ópera actuales, pero en un registro distinto que les hacen ir hacia maneras de cantar más modulantes y orientalizantes. La verdad es que es difícil de describir.
Esta obra es apasionante, sobre todo si eres musicólogo y egiptólogo (aunque sólo sea de pacotilla como es mi caso), pero también para cualquier persona con interés por la cultura.
Espero que se un tema de vuestro interés.
Un saludo
