Miguel Angel, nuestro amigo.
Grande entre los grandes, víctima de sus sueños, que soñándolos se lo llevaron.
Cada poro de su piel rezumaba artísta, animal enfermizo de escenario.
Por su querencia extrema a la expresión de su arte en un lugar donde lo que menos importa es el talento, en un lugar de ciegos, estúpidos e ignorantes que quisieron vivir de espaldas al gigantesco potencial que ellos jamás tendrán ni sabrán reconocer.
También por vivir en un lugar donde robar el trabajo de los demás en las aceras está tan bien visto que es el sello nº1 en ventas y no tan bien vista la hambruna que tamaña desverguenza ocasiona "Top Manta Records".
Podía haber trabajado con cualquier estrella internacional, (cosa que ya hizo) lo que el hacía era un cañón, sonaba como nadie, con un gusto y una técnica fuera de lo común.
Trabajó a la sombra, como trabaja un arreglista, fabricando soles para que brillasen las estrellas, pero no le dejaron fabricar su propia estrella, tan solo un fugaz cometa que con insultante urgencia se marchó.
Miguel Angel tenía además de talento sentido del humor, ¡cuantas veces hemos llorado de risa a su lado, hasta no sentir el estómago...!
Amigo generoso, campechano en su casticismo cuando se descuidaba (casi siempre) y en vez de Elio de Palma se convertía en Miguel Angel.
"El Glamour" lo convertíamos en una caricatura, en la grotesca mueca del famoso venido a más; ¡cómo nos reíamos! "La fama es querer hacerse conocido para ponerse gafas de sol y que no te reconozca nadie"
Miguel Angel además pudo haber sido un buen letrista (Camino al Cielo lo demuestra), y lo fué, pero prefirió la melodía, la armonía, el arreglo, el lenguaje de los ángeles, inventando esas palabras caligrafiadas en los renglones del aire que sin existir, adivinan nuestra vida, la geografía del alma...
A su lado aprendí a no conformarme nunca, a pulir hasta el extremo, de no caber mayor perfección...puede ser distinto pero no mejor...
Amaba el buen comer, el buen beber, las mujeres, como cualquiera de nosotros, pero nada le alimentaba, nada saciaba su sed, nada le complacía si la música no se sentaba en su mesa, hermosa y perfecta, ...linda y sonriéndole.
Quizá siga hablando de mi amigo Miguel Angel, quizá no..., siempre sentiremos la dolorosa impotencia de no mostrar quién fué realmente, su verdadero potencial, su talento y calidad profesional para la que este pais no estaba preparado, creedme, no es porque sea mi amigo (le siento vivo aún, lo siento), quizá en Londres, Nueva York, Suecia... hubiese tenido un mayor reconocimiento, España es rencorosa, inculta y envidiosa, zafia y mezquina, ruda en su debilidad y a la vez maravillosa por parir grandes genios como Miguel Angel, otra fuga de cerebros.
Solo DIOS merece tu ARTE.
Por si lees esto, en tu camino al cielo
Tu amigo, que te quiere,
Andrés.