Adrian Jimenez Gaitero escribió:si a alguien en EEUU le pones un boogie woogie te va a decir que suena alegre y divertido
Ejemplos como este se ponen habitualmente en los manuales más serios sobre musicoterapia. La Musicoterapia bien entendida es una disciplina relacionada con la medicina y especialmente con la influencia de la música en el cerebro, la memoria o la voluntad.
Hay experiencias en las que personas con un nivel de olvido casi total fruto del Alzheimer no solo recuerdan a la perfección canciones de su infancia y juventud, sino que ¡son capaces de aprender canciones nuevas!.
Pues bien, los musicoterapeutas serios, los que son médicos y estudian la influencia de la música sostienen que la influencia de la música en las personas depende de algo que se define como "la historia musical" algo así como el historial médico.
Los primeros musicoterapeutas cayeron en la simplificación de asociar el timbre de los instrumentos a emociones que ayudarían a las personas a superar sus problemas. Uno de ellos concluyó que el sonido de la trompeta resultaba inspirador de fuerza y alegría. Una de sus pacientes tenía una profunda depresión y trató de ayudarla con música interpretada por la trompeta. Funcionaba con todos los pacientes anteriores. Cuando esta mujer oía sonar la trompeta su corazón se ponía a mil, entraba en pánico y huía de la sala. El médico no alcanzaba a entender cómo su medicina no funcionaba. Fue entonces cuando pensó que tal vez había algo en su pasado que hacía que la trompeta no despertase esa emoción en ella. Efectivamente, había estado casada con un mal bicho que repartía palizas bestiales y... tocaba la trompeta. Así que estas asociaciones no valen para todos.
Si en EEUU pones un boogie boogie a mil personas, tendrás mil matices diferentes en sus emociones. Para algunos será efectivamente alegre y divertido, para otros vulgar. Otros podrán odiar esa música pensando que es aburrida y sin contenido, para otros tendrá componentes raciales que, en función del color de la piel, puede despertar simpatías o rechazos. Y también está la oportunidad, aunque seas un amante del boogie boogie, si estas durmiendo a las 4 de la mañana después de un día agotador y tu vecino se levanta a aporrear un boogie boogie en el piano no es precisamente alegría y felicidad lo que sentirás. Todo esto es tremendamente subjetivo.