Pero las etiquetas a veces también encasillan y limitan la creatividad. Es un arma de doble filo. Están bien para orientarse y tomar ciertos recursos, pero luego hay que hacer dejar volar la imaginación. Eso si no quieres sonar "como éste" o "como el otro", y tienes la mínima ambición de sonar "como tú".
Yoberog, muy bueno por el aporte, directo a favoritos. Yo siempre he pasado de etiquetas, pero nunca está demás saber por donde van los tiros y no parecer (y digo parecer) un cateto en el tema de estilos. Gracias.