Yo estoy contento de haber empezado a aplicar, este curso, algunas de las cosas que están en el documento. Otras, sinceramente, no las he puesto en práctica. No porque no confíe en ellas, sino porque soy poco metódico. Los hábitos de estudio son muy difíciles de cambiar, y crear un marco general metódico donde nunca lo ha habido no es sencillo ni rápido.
Pero esta es una de las cosas que me gustan de estudiar música: te hace cambiar tu forma de trabajar.
Mi recomendación sería leerlo primero, tratar de hacerse una visión de conjunto y decidir probar una, y sólo una, forma nueva de hacer algo.
Dedicarle un tiempo hasta que se convierta en hábito (si es que resulta un cambio positivo) y entonces abordar otra.
Algunas recomendaciones van de la mano, eso es verdad.
No tiene sentido diseñar sesiones cortas de trabajo si no se acepta un sistema de estudio que fraccione la información en unidades casi mínimas. En mi experiencia, de principiante, está siendo positivo. He dado con una forma de trabajar en la que sé que puedo confiar, y que depende tanto o más de la calidad que de la cantidad.
Aceituna escribió:Podría deducirse de esto que todavía mejoraría el proceso de aprendizaje el hecho de programar más bloques (de 20 min) de aprendizaje e irlos alternando día sí día no, o cada 3 días?
En caso afirmativo, lo has experimentado?
Eso mismo propone Berhnard, cuando compara el entrenamiento con pesas y el estudio. Si en un gimnasio se rotan los ejercicios, para trabajar por igual todos los grupos musculares, es posible hacer lo mismo con ciertos ejercicios de técnica pianística y con el estudio de obras. Por ejemplo, tomar las escalas que comparten digitación y estudiarlas por grupos en días alternos. O, trasladando el enfoque a obras, ir rotando entre fragmentos de obras diferentes e intercalando días de descanso.
Esto hace que siempre estés trabajando un menú muy variado, lo que evita el aburrimiento y el estrés por repetición (tendinitis, dolores musculares focalizados). También evita que el material estudiado se degenere por una excesiva repetición.
¿Por qué? Porque al rotar e intercalar días de descanso dejas que tu cerebro haga su parte del trabajo, que no depende de tu voluntad y que con la edad se vuelve algo más lenta: desarrollar nuevas conexiones, reorganizar las existentes, crear tejido nuevo, sintetizar proteínas...
También porque alejarse de un problema ayuda a resolverlo. La obcecación, la fijación, nunca será el mejor sistema de aprendizaje. Existen estudios psicológicos que avalan estas ideas (variedad vs. estudio monotemático).
La misma lógica guía los sistemas de memorización por repaso espaciado. Tomas un número de obras ya aprendidas, dejas que se vayan olvidando mientras trabajas en otras, y programas unos ciclos de revisión y estudio de esas obras antiguas. Al cabo de un par de repasos serios (volver a estudiarlas como si no las conocieras) quedarán fuertemente fijadas en la memoria. Los opositores lo saben bien.
La gente muy joven no necesita estas estrategias. Con la edad, se hacen muy útiles.