Prowler, hay manera de tener todo eso y, sin embargo, no preocuparse por ello. Pero lleva un tiempo inicial conseguirlo. Para enviar un cohete a la luna, lo que costó de verdad fue enviar el primero. Los siguientes ya casi fueron solos.
El secreto está en la plantilla. Tú te haces una plantilla y ya, en adelante, tiras de ella. No tienes que andar más que preocupándote de tocar. Yo tengo mi plantilla, ajustada a mis librerías, y con ella delante, si quiero tocar un legato de violas, me posiciono en la pista de las violas, ajusto el programa al legato, y a tocar. Con la rueda en mano izquierda voy ajustando la dinámica y con las teclas en la derecha la secuencia. Si ahora quiero tocar en pizzicato, ajusto el programa a pizzicato y a seguir tocando.
Pero tener una plantilla lleva su tiempo. Y nunca está del todo. Si tienes inquietud, la vas modificando con el tiempo con cosas nuevas que aprendes.
Para empezar con la masterización, no está de más, como yo hago, tener una cadena de masterización ya puesta en el master de salida. Así vale para siempre. No es complicado iniciarse. Pero, antes, unas nociones muy simples.
Tú tienes tus pistas de instrumentos y el DAW las mezcla. Bien. El sonido que tienes te gusta y consideras que está todo bien ajustado. Pero te falta algo. Y eso algo es:
- Al sonido le falta carácter. Suena bien pero notas que falta algo de graves, o quizás le sobre, lo mismo son los agudos... no sabes. Pero sí sabes que algo le falta. El carácter lo da la ecualización. Aporta al sonido tu manera de entender la música. Cómo quieres que suene tu música. Como te puede resultar algo complicado, carga algún preset que traiga el ecualizador que tengas y poco a poco vas tocando los controles. Sin miedo. Hasta que suene como te gusta. Ten presente que algunas frecuencias tienen que sumar y otras restar. Si subes algún nivel, debes bajar otro. No puedes meterte a subir niveles y dejar el resto como están.
- Luego ocurre que hay tramos donde el sonido se oye muy alto, y tramos donde se oye muy bajito, obligándote a subir el volumen del equipo. Eso es la dinámica del sonido, y no es bueno necesitar andar subiendo y bajando el volumen. Lo suyo sería que todo se oyera más o menos a un volumen razonable, respetando la dinámica (no queremos que un tramo pianissimo muy íntimo se oiga igual que en un tutti piu forte). Si tienes tramos donde se oye bajito, lo lógico es subir el volumen general de la mezcla, pero entonces satura en los tramos fuertes. Para eso ponemos un amortiguador, que coja el sonido antes de saturar y lo retenga como si fuera un muelle. Cuando más quiere subir el sonido, más aprieta el muelle. El muelle está ajustado para que no llegue a saturar. Eso es el compresor. Mantiene el sonido en los tramos bajitos y lo retiene en los tramos fuertes. Igual que el ecualizador, prueba un preset. Ahí sí que yo no andaría, por ahora al menos al principio, tocando nada. Todo lo más el volumen de salida.
- Si con todo y con eso, hay algún pico de saturación porque el muelle se vea sobrepasado en una fracción infinitesimal de tiempo, en la pista de salida del mezclador se enciende una luz roja. Ha saturado. Para evitarlo, ponemos una pared. Si satura a 0 dB, pues pongo una pared de hormigón en -0,3 dB. Así me aseguro de no saturar. Eso es el limitador.
En la pista de salida de la mezcla colocas tres plugins, en este orden: un ecualizador, un compresor multibanda y un limitador. Para ajustar el primero y el segundo carga un preset que tenga el propio plugin, y vas probando. El limitador no es complicado ajustarlo. Lo pones para que no permita más de -0,3 db de salida (a 0 dB se produce saturación). Y ahora te fijas en el indicador de recorte si se enciende mucho. Eso significa que está recortando mucho, lo que no es bueno. Bajas el volumen del compresor que está antes. Si por el contrario no se enciende el indicador de recorte, significa que no está recortando, y por tanto está trabajando lejos del límite. Sube un poco el volumen. Así, hasta que lo tengas justo en el sitio donde prácticamente no se encienda, pero sabes que está cerca de hacerlo. Eso significa que estás en el borde del límite. El recorte ocasional no es malo, pero sí lo es el recorte contínuo.
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