SILVIA MALBRÁN es una importante pedagoga argentina. Nació en el 43 y ejerce la docencia desde el '60 (48 años).
En su obra "El aprendizaje musical de los niños pequeños" (tal vez la más importante), analiza las dificultades y la enseñanza del ritmo en niños de edad Pre-primaria (entre 3 y 6 años). Espero que no se enoje si posteo un fragmento de uno de sus libros, pero lo hago solamente para tratar de poner un poco de coherencia en este chapoteo...
En
este link pordrán encontrar bastante material (gratuito y muy interesante), sobre los resultados de algunas de sus investigaciones.
Ahora, el texto prometido:
Alguien escribió:
Participar en actividades de la vida social, usualmente, pone en juego acciones tales como cantar y palmear al compás, caminar ordenadamente en fila o hilera, acompañar la danza con batidos de palmas, etc. Todas ellas poseen un denominador común: la capacidad del individuo para mantener en forma sostenida una ejecución (vocal, motora o vocal-motora) sincrónica, esto es, realizada en acuerdo temporal entre dos acciones de un mismo sujeto o entre dos acciones realizadas por diferentes sujetos.
Estas actividades de sincronía rítmica (S.R.) son patrimonio "natural" de algunas personas, es decir, se realizan sin que medie, aparentemente, un proceso de aprendizaje sistemático o intencional.
Nuestra experiencia con personas que no muestran esta S.R. consolidada nos permite aventurar algunas hipótesis de trabajo:
la S.R. se desarrolla por fases, esto es, que se advierten distintos niveles de logro, los que pueden conceptualizarse como adquisiciones a lo largo de un continuo; la práctica específica y sostenida produce mejoras en la S.R. que evolucionan desde distintos puntos del continuo hacia niveles de progresivo ajuste rítmico.
Habiendo mediado una práctica de tales características, la ausencia de progresos significativos podría tomarse como indicador de dificultades provenientes de fallas en la integración de procesos vinculados con el sistema nervioso central.
El comportamiento rítmico se caracteriza por la sincronía rítmica (S.R.) con unidades de tiempo uniforme (U.T.U.). Se denomina S.R. a la ejecución que resulta de ajustar punto a punto dos acciones. Por ejemplo batir palmas y caminar simultáneamente correspondiendo cada paso con una palmada o caminar a igual velocidad entre un grupo de personas. Se denomina U.T.U. a la distribución en el tiempo de una acción repetida -percutir un golpe, emitir una sílaba o un sonido- a igual lapso entre cada una
Esta capacidad de S.R. con U.T.U. puede considerarse esencialmente perceptivo-motora, con alto grado de ajuste temporal; dicho ajuste temporal es de tal precisión, que si se superpusiera un cronómetro a un batido de palmas regular la correspondencia resultante poseería una exactitud de milésimas de segundo.
Algunos musicólogos y etnomusicólogos han considerado a esta capacidad como producto del patrimonio heredado, por la presencia de la misma en culturas primitivas con muy diferente grado de desarrollo.
En el campo de la educación musical, la mayor parte de las propuestas para la iniciación musical, al considerar a las ejecuciones de S.R. con U.T.U. conductas innatas, no las incluyen como objeto de enseñanza.
La literatura vinculada con la temática rítmica se refiere usualmente a la imitación, variación e invención de patrones rítmicos. A nuestro juicio no se ha prestado suficiente atención al desarrollo de la S.R. y consecuentemente a sus dificultades. Este vacío en la información resulta importante -dado su carácter de prerrequisito- para la imitación, variación e invención de ritmos y para la práctica rítmica en su conjunto.
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Nuestra experiencia educativa en diversos niveles de edad y con diferentes tipos de sujetos muestra, tal como se ha dicho, que la S.R. con U.T.U. no resulta patrimonio de todos los sujetos. Así por ejemplo, niños de corta edad, deficientes mentales, niños provenientes de grupos marginales, manifiestan dificultad para ajustarse a U.T.U. con S.R.
Podrían postularse diferentes causas, tales como baja calidad de estimulación temprana, dificultades motoras mínimas (esto es que no resultan evidentes en otras actividades cotidianas,) e irregularidades en el proceso de desarrollo, algunas de las cuales resultan, a nuestro entender, recuperables.
Paradójicamente, hemos observado que sujetos con lesiones traumáticas como secuelas de polio o diversas afecciones como distrofias musculares, paraplejias o hemiplejias, pueden realizar ejecuciones de S.R. con V.T.V. sin dificultad. Así también algunas personas con lesiones auditivas, hipoacúsicos o sordos totales, pueden realizar correctamente acciones de S.R. con U.T.U.
Estas observaciones sugerirían que la justeza del comportamiento rítmico no necesariamente depende de la integridad de los centros motores.
En niños de corta edad o deficientemente estimulados la mejora que se produce por la práctica específica, revelaría que la falta de S.R. con U.T.U. puede tener carácter temporario u obedecer a falta de madurez más que a lesiones de otra índole. En estos casos en que la desventaja se supera, el progreso opera por fases que evolucionan desde comportamientos desestructurados a estructurados. Hemos denominado a la primera fase: difusa (de característica asincrónica); a la segunda fase: fluctuante (alternativamente asincrónica y sincrónica) y a la tercera fase: precisa (sincrónica).