Voy a tratar de responder varios comentarios, aunque todas las participaciones son interesantes.
migui.mateu escribió:
Pues habitualmente comenzamos a leer y escribir cuando ya hablamos bastante bien como para comunicarnos eficientemente. No veo cual sea el problema, más bien todo lo contrario.
Esta respuesta también es la que habría dado yo, pero no sé si sería del todo apropiada. Yo me recuerdo cantando "la 'm' con la 'a' 'ma'..." dando palmas y bailando como comentan Mabraman y Pirator, y así han hecho después mis sobrinos, y los niños de medio mundo. Por suerte para ellos el juego y el baile hace el resto, hasta el momento en que la comprensión lectora y la voluntad de leer empieza a ser una barrera insalvable para algunos...
Al final un buen lector de su lengua, y compruebo que los que participáis en el hilo lo sois, ya que no veo ningún "ke ase", debe tener mucho más que juegos y diversión en el aula: el ambiente en el que vive, padres lectores o casas llenas de libros; el interés por aprender y el afán de superación, propio o inculcado; los medios a su alcance, etc.
Muchos habláis de pereza, pero yo estoy de acuerdo con que la dureza del método (en ocasiones falto de necesarias prácticas), la pereza del enseñante (como señala Carmelo) y la falta de logros inmediatos son un escollo difícil de salvar en esto de la lectura, con lo que más de un alumno tenaz y empeñado, y por tanto nada perezoso, se dé de bruces contra los tres demonios mencionados...
Yo veo necesario que en el gráfico de SuperT uno dibuje dos líneas: la de la experiencia musical y separadamente los esfuerzos por adquirir las habilidades necesarias para progresar.
Algo así:
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Yo era un pésimo lector en mi etapa de estudiante elemental, y entiendo la frustración de muchos. La superé con la práctica del saxo (un segundo instrumento en mi carrera) en bandas de marcha o de jazz en las que era necesario leer. El empeño por ser mejor saxofonista en dichas bandas dio como resultado que mi lectura mejorara, no sólo con el saxo, si no también con el piano, obviamente.
Si los amantes de la tablatura nos leen que piensen en el despropósito de haber aprendido a tocar saxo con gráficos de digitaciones, y lo inútil que habría resultado para la lectura del piano.
Por eso mismo recomendé a un par de amigos músicos que tocaran un instrumento con el que fueran principiantes de nuevo. Ahora tienen la ventaja de tener mejor oído, mejor memoria musical, más experiencia por lo que el progreso en un nuevo instrumento será más rápido. Si desde los primeros pasos asocian el estudio de la partitura y se "obligan" a usarla participando en bandas dedicadas, el aprendizaje de la lectura se vuelve un paseo.
En cuanto a lo que comenta Pirator en este último post.
pirator escribió:
No existe El Solista, no existe la Sala de Conciertos, ni El Virtuoso, ni El Compositor, ni La Partitura, ni El Disco. Tampoco La Clase de Música: pura tradición oral. Y todo el mundo se pone a bailar, dar palmas, y participar de La Música, que es sinónimo de La Comunidad misma.
¿Por qué no recuperar esta manera de vivir la música en las aulas? Porque se exigen objetivos muy duros, porque no hay ruta curricular de amateur (enseñanza abierta) en los centros educativos, lo que enriquecería enormemente la vida en las aulas, porque es caro y atenta contra las políticas liberales de "maximizar la competitividad", etc. Aunque esto da para otro debate...