A raíz del debate iniciado en éste otro hilo del subforo de Teoría se me ha ocurrido que podíamos discutir de manera concreta el caso de la alergia al pentagrama, que tanto aqueja a quienes piden ayuda en este foro y que algunos consideramos la más importante vía escrita para representar tantos tipos de música.
Es obvio que el pentagrama tiene grandes deficiencias para ciertos estilos cuyo uso del tiempo y las alturas no es fácil de acotar entre sus líneas, como la música electrónica y la concreta (que prescinden de notación por inviable) otras tantas vertientes de contemporánea... En este artículo de Isaac Diego García Fernández (en Sinfonía Virtual), además de explicarse los problemas de los nuevos signos musicales (grafismos), se presentan algunos ejemplos curiosos.
Algunos de estos grafismos difícilmente pueden constituir una instrucción y no son más que una representación sonora, como los gráficos de Rainer Wehinger en sus análisis de la música de Ligeti...:
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Está claro que estas nuevas vertientes están muy lejos del propósito de este foro, y como mucho podrán considerarse las propuestas gráficas que se usan en pedagogía. Muchas de estas propuestas nacen de la inconveniencia de la partitura en las primeras etapas de estudio. El rechazo al solfeo es frecuente en las aulas del conservatorio y sólo algunos "estudiosos", o "talentosos" terminan superando tal rechazo. Si sucede en el supuesto ambiente natural de tales métodos, ¿cómo no esperarlo en espacios para aficionados...?
El caso es que finalmente la partitura resulta válida en el 99% de los contenidos de cualquier programa educativo que abarque desde los inicios al nivel de grado medio, pero no parece que haya un modo "dulce" definitivo de pasar el mal trago de los primeros años.
Yo llevo ya tiempo recomendando el trabajo de Gerald Eskelin y su libro "Sound of Music: Perception and Notation". El subtítulo de este libro es la declaración de intenciones de este profesor que aboga por enseñar desde la práctica directa, la comprensión de los parametros del sonido y de la armonía elemental a través de la experiencia. Poco a poco y tras un tiempo de educación auditiva, práctica del canto, improvisación, etc. se enseña la escritura en el pentagrama desde la premisa de que dicha escritura es una racionalización, una abstracción de conceptos vividos y sólidamente aprendidos.
Enlazo aquí un artículo de Robert Lennon para la reflexión: http://robertlennonmusic.wordpress.com/lets-make-music-forget-reading-for-now/
Por último quiero expresar mi desacuerdo a los sistemas "comodines". Las tablaturas motivo de la discusión en el hilo arriba enlazado suponen de hecho una muestra de la peor de las vías de estudio del pentagrama. A mi entender aquellos que ven el pentagrama como una lista de instrucciones, pierden rápidamente la perspectiva sobre las verdaderas bondades de tal sistema. Un músico entrenado oye el papel la mayoría de las veces, contornos melódicos, motivos recurrentes, voicings, armonía, etc. saltan a la vista del profesional, por lo que interpretarla a su instrumento no es cosa de seguir un listado de instrucciones si no la de expresar lo leído.
Una tablatura es justa la lista de instrucciones en que el pentagrama se convierte en manos de malos métodos, y por tanto el "demonio" que representa para muchos alumnos. Es obvio que como instrucción la partitura es un verdadero desastre ya que su código es complejo y cuesta años aprender a "traducir". Un ejemplo puede ser la escritura de la nota do4 en el pentagrama: necesita clave, 5 líneas fijas, una adicional y la figura que puede contener distintos tipos de cabeza o plica. Como además acompañe a la clave una armadura de A mayor por ejemplo, hay otro signo obligado...
Nota do (C)
Pentagrama:
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Tablatura:
4| c
Esta inmediatez es el caramelo de entrada a un sistema muy básico, que es inválido a exposiciones de armonía, polifonía, rítmica, etc. pero que deja claro qué nota tocar. Es decir, esconde deliberadamente aquello que la partitura sabe hacer mejor que es representar música, para mostrar la mera instrucción.
Fragmento de arreglo del tema "Here's That Rainy Day":
Partitura:
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Tablatura (exportada desde el midi generado con Sibelius en tabnabber.com). Los guiones representan silencios y los "mayorque" > la "prolongación" de la nota, por tanto su duración, en las misma cantidad de unidades que el guión. Las mayúsculas representan notas alteradas un semitono arriba (sustituyen al sostenido), de manera que C es c#/db y A es a#/bb, sin distinción de bemoles y sostenidos.
5|------------------------------------------c>>>>>c>>>>>>>>>>>>>>>>>------------------------------|
4|------------------------------------f-----a-----------------------------------------------------|
4|------------------------------------C-----e-----G-----------------------d-----------------------|
4|c>>>>>>>>>>>>>>>>>c>>>>>c>>>>>D>>>>>G>>>>>c>>>>>D-----------------A>>a>>A>>>>>>>>>>>D>>>>>>>>>>>|
3|------------------------------------------------A-----------------------------------------------|
3|e>>>>>>>>>>>>>>>>>d>>>>>C>>>>>>>>>>>F>>>>>d>>>>>C>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>A>>>>>>>>>>>D>>>>>>>>>>>|
3|a-----------------g-----F-----------------F-----f-----------------------f-----------------------|
2|f>>>>>>>>>>>>>>>>>e>>>>>D>>>>>>>>>>>G>>>>>------------------------------F>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>|
A menos que se use un visor de texto de código, las líneas no coinciden, y por tanto tampoco las correspondientes notas de los acordes en la vertical. Estoy seguro de que puede acomodarse, pero aún así nada del contorno de las voces puede apreciarse de un vistazo, por mucha práctica que se tenga. En definitiva: una tablatura de piano como la anterior necesita un "instrumento traductor", en este caso el piano, para saber cómo suena, y no sólo las alturas si no sus ritmos (en ausencia de barras de compás o distinción de figuras).
Ahí dejo el asunto. Imagino que conocéis más métodos de representación del sonido que sean válidos en el aula con estudiantes en su primer contacto con la música. Si es así contad vuestra experiencia.
Es obvio que el pentagrama tiene grandes deficiencias para ciertos estilos cuyo uso del tiempo y las alturas no es fácil de acotar entre sus líneas, como la música electrónica y la concreta (que prescinden de notación por inviable) otras tantas vertientes de contemporánea... En este artículo de Isaac Diego García Fernández (en Sinfonía Virtual), además de explicarse los problemas de los nuevos signos musicales (grafismos), se presentan algunos ejemplos curiosos.
Algunos de estos grafismos difícilmente pueden constituir una instrucción y no son más que una representación sonora, como los gráficos de Rainer Wehinger en sus análisis de la música de Ligeti...:
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Está claro que estas nuevas vertientes están muy lejos del propósito de este foro, y como mucho podrán considerarse las propuestas gráficas que se usan en pedagogía. Muchas de estas propuestas nacen de la inconveniencia de la partitura en las primeras etapas de estudio. El rechazo al solfeo es frecuente en las aulas del conservatorio y sólo algunos "estudiosos", o "talentosos" terminan superando tal rechazo. Si sucede en el supuesto ambiente natural de tales métodos, ¿cómo no esperarlo en espacios para aficionados...?
El caso es que finalmente la partitura resulta válida en el 99% de los contenidos de cualquier programa educativo que abarque desde los inicios al nivel de grado medio, pero no parece que haya un modo "dulce" definitivo de pasar el mal trago de los primeros años.
Yo llevo ya tiempo recomendando el trabajo de Gerald Eskelin y su libro "Sound of Music: Perception and Notation". El subtítulo de este libro es la declaración de intenciones de este profesor que aboga por enseñar desde la práctica directa, la comprensión de los parametros del sonido y de la armonía elemental a través de la experiencia. Poco a poco y tras un tiempo de educación auditiva, práctica del canto, improvisación, etc. se enseña la escritura en el pentagrama desde la premisa de que dicha escritura es una racionalización, una abstracción de conceptos vividos y sólidamente aprendidos.
Enlazo aquí un artículo de Robert Lennon para la reflexión: http://robertlennonmusic.wordpress.com/lets-make-music-forget-reading-for-now/
Por último quiero expresar mi desacuerdo a los sistemas "comodines". Las tablaturas motivo de la discusión en el hilo arriba enlazado suponen de hecho una muestra de la peor de las vías de estudio del pentagrama. A mi entender aquellos que ven el pentagrama como una lista de instrucciones, pierden rápidamente la perspectiva sobre las verdaderas bondades de tal sistema. Un músico entrenado oye el papel la mayoría de las veces, contornos melódicos, motivos recurrentes, voicings, armonía, etc. saltan a la vista del profesional, por lo que interpretarla a su instrumento no es cosa de seguir un listado de instrucciones si no la de expresar lo leído.
Una tablatura es justa la lista de instrucciones en que el pentagrama se convierte en manos de malos métodos, y por tanto el "demonio" que representa para muchos alumnos. Es obvio que como instrucción la partitura es un verdadero desastre ya que su código es complejo y cuesta años aprender a "traducir". Un ejemplo puede ser la escritura de la nota do4 en el pentagrama: necesita clave, 5 líneas fijas, una adicional y la figura que puede contener distintos tipos de cabeza o plica. Como además acompañe a la clave una armadura de A mayor por ejemplo, hay otro signo obligado...
Nota do (C)
Pentagrama:
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Tablatura:
4| c
Esta inmediatez es el caramelo de entrada a un sistema muy básico, que es inválido a exposiciones de armonía, polifonía, rítmica, etc. pero que deja claro qué nota tocar. Es decir, esconde deliberadamente aquello que la partitura sabe hacer mejor que es representar música, para mostrar la mera instrucción.
Fragmento de arreglo del tema "Here's That Rainy Day":
Partitura:
[ Imagen no disponible ]
Tablatura (exportada desde el midi generado con Sibelius en tabnabber.com). Los guiones representan silencios y los "mayorque" > la "prolongación" de la nota, por tanto su duración, en las misma cantidad de unidades que el guión. Las mayúsculas representan notas alteradas un semitono arriba (sustituyen al sostenido), de manera que C es c#/db y A es a#/bb, sin distinción de bemoles y sostenidos.
5|------------------------------------------c>>>>>c>>>>>>>>>>>>>>>>>------------------------------|
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4|------------------------------------C-----e-----G-----------------------d-----------------------|
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2|f>>>>>>>>>>>>>>>>>e>>>>>D>>>>>>>>>>>G>>>>>------------------------------F>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>|
A menos que se use un visor de texto de código, las líneas no coinciden, y por tanto tampoco las correspondientes notas de los acordes en la vertical. Estoy seguro de que puede acomodarse, pero aún así nada del contorno de las voces puede apreciarse de un vistazo, por mucha práctica que se tenga. En definitiva: una tablatura de piano como la anterior necesita un "instrumento traductor", en este caso el piano, para saber cómo suena, y no sólo las alturas si no sus ritmos (en ausencia de barras de compás o distinción de figuras).
Ahí dejo el asunto. Imagino que conocéis más métodos de representación del sonido que sean válidos en el aula con estudiantes en su primer contacto con la música. Si es así contad vuestra experiencia.