Reflexiones sobre la enseñanza y agravios
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#660
también he tenido profesores buenos. de hecho es gracias a ellos que me doy cuenta de lo malos que eran los profesores malos.
he tenido profesores que se pasaban de duros y exigentes, pero que con el tiempo he de reconocer que con ellos aprendí un montón y que la exigencia era tanto para sus alumnos como para si mismos.
he tenido profesores que amaban su asignatura y transmitían esa pasión a sus alumnos, dándoles ganas de aprender mas y mas.
he tenido profesores que respetaban a sus alumnos mas de lo que estos les respetaban y no por ello se olvidaron de cual era su cometido y no por ello cayeron tan bajo como para ponerse al nivel de chicos de 15 años.
Por eso me doy cuenta de lo malos que eran los profesores que mucho exigían pero que luego ellos no valían nada, profesores que les asqueaba su asignatura y que si aprendías o no les resultaba indiferente y profesores que como pretendían educar si se comportaban como niños.
También viví la época en la que los profesores zurraban y cada cual tenía su golpe particular como los luchadores del street fighter, estaba el de los capones, el que daba con una regla, el que daba collejas y el que te pillaba de la patilla... incluso podría comentarte anecdotas como el profesor que le hundió la cabeza a un alumno en la pared como tres veces o el que le estuvo cruzando la cara de un lado a otro del patio.
pero creo que ese, el de la violencia en la educación es otro debate ya que no solo se trata de la violencia en la clase, sino en el hogar o en cualqueir otro lugar.
molaría que la educación fuera tan simple como una persona que quiere educar y otra que quiere ser educada, antes hablaba sobre la gente que quiere educar, en concreto los profesores, a veces se escudan en que hacen mal su trabajo (pasan de trabajar) porque los chavales no quieren ser educados, pero esa es solo una escusa, tu tienes que seguir haciendo tu trabajo en cualquier condición, tienes que seguir queriendo educar, en el momento en el que dejes de querer sea por el motivo que sea, ya no sirves.
Pero la educación no solo tiene el problema de personas que no quieren educar, es obvio que también hay personas que no quieren ser educadas.
vamos a entender que hay una educación mínima obligatoria impuesta por la sociedad, pero también hay una educación mínima impuesta por los padres. que hacemos con aquella persona que no quiera recibirla?
a dia de hoy la violencia está muy mal vista... ahora se lleva el rollo psicológico y razonar las cosas... concho! y cuando razonar no sirve? que haces?
imagina un chico MUY problemático que hace caso omiso de lo que le mandan en casa. que pueden hacer los padres?
P- haz los deberes.
H- no
P- haz los deberes o te quedas sin cenar
H- te denuncio por matarme de hambre
P- haz los deberes o no te doy la paga
H- tanquilo ya conseguiré el dinero por mi cuenta (con tono de dinero fácil y no legal precisamente)
P- haz los deberes o te castigo sin salir
H- y cuando esté saliendo por la puerta que me harás?
P- haz los deberes o te castigo sin paga, sin salir y sin internet.
H- pues con la pasta que me saque saldré cuando me de la gana y me iré a un ciber...
también he tenido profesores buenos. de hecho es gracias a ellos que me doy cuenta de lo malos que eran los profesores malos.
he tenido profesores que se pasaban de duros y exigentes, pero que con el tiempo he de reconocer que con ellos aprendí un montón y que la exigencia era tanto para sus alumnos como para si mismos.
he tenido profesores que amaban su asignatura y transmitían esa pasión a sus alumnos, dándoles ganas de aprender mas y mas.
he tenido profesores que respetaban a sus alumnos mas de lo que estos les respetaban y no por ello se olvidaron de cual era su cometido y no por ello cayeron tan bajo como para ponerse al nivel de chicos de 15 años.
Por eso me doy cuenta de lo malos que eran los profesores que mucho exigían pero que luego ellos no valían nada, profesores que les asqueaba su asignatura y que si aprendías o no les resultaba indiferente y profesores que como pretendían educar si se comportaban como niños.
También viví la época en la que los profesores zurraban y cada cual tenía su golpe particular como los luchadores del street fighter, estaba el de los capones, el que daba con una regla, el que daba collejas y el que te pillaba de la patilla... incluso podría comentarte anecdotas como el profesor que le hundió la cabeza a un alumno en la pared como tres veces o el que le estuvo cruzando la cara de un lado a otro del patio.
pero creo que ese, el de la violencia en la educación es otro debate ya que no solo se trata de la violencia en la clase, sino en el hogar o en cualqueir otro lugar.
molaría que la educación fuera tan simple como una persona que quiere educar y otra que quiere ser educada, antes hablaba sobre la gente que quiere educar, en concreto los profesores, a veces se escudan en que hacen mal su trabajo (pasan de trabajar) porque los chavales no quieren ser educados, pero esa es solo una escusa, tu tienes que seguir haciendo tu trabajo en cualquier condición, tienes que seguir queriendo educar, en el momento en el que dejes de querer sea por el motivo que sea, ya no sirves.
Pero la educación no solo tiene el problema de personas que no quieren educar, es obvio que también hay personas que no quieren ser educadas.
vamos a entender que hay una educación mínima obligatoria impuesta por la sociedad, pero también hay una educación mínima impuesta por los padres. que hacemos con aquella persona que no quiera recibirla?
a dia de hoy la violencia está muy mal vista... ahora se lleva el rollo psicológico y razonar las cosas... concho! y cuando razonar no sirve? que haces?
imagina un chico MUY problemático que hace caso omiso de lo que le mandan en casa. que pueden hacer los padres?
P- haz los deberes.
H- no
P- haz los deberes o te quedas sin cenar
H- te denuncio por matarme de hambre
P- haz los deberes o no te doy la paga
H- tanquilo ya conseguiré el dinero por mi cuenta (con tono de dinero fácil y no legal precisamente)
P- haz los deberes o te castigo sin salir
H- y cuando esté saliendo por la puerta que me harás?
P- haz los deberes o te castigo sin paga, sin salir y sin internet.
H- pues con la pasta que me saque saldré cuando me de la gana y me iré a un ciber...
BAC escribió:También viví la época en la que los profesores zurraban y cada cual tenía su golpe particular como los luchadores del street fighter, estaba el de los capones, el que daba con una regla, el que daba collejas y el que te pillaba de la patilla... incluso podría comentarte anecdotas como el profesor que le hundió la cabeza a un alumno en la pared como tres veces o el que le estuvo cruzando la cara de un lado a otro del patio.
Deduzco que también fuiste alos Escolapios o a los Maristas como poco...
Yo estuve en una escuela de los hermanos de La Salle; allí se produjeron cambios importantes desde que entré en el 73 (cuando la mayoría de profes eran religiosos -hermanos-, el colegio era exclusivamente masculino, solamente se daba clase en castellano, y para educar se usaban técnicas tales como el lanzamiento de borrador, el tirón de patilla, el reglazo en uñas o directamente el tortazo) hasta que salí allá por el 83, cuando el cole ya era mixto, quedaban pocos hermanos (y varios de ellos dejaron la orden), algunos profesores daban clase en su lengua materna (català) y la relación profe-alumno había dejado de ser tipo verdugo-víctima para pasar a algo más paternofilial.
No me formaron mal; aprendí cosas; había de todo (tanto en el lado de los profes como en el de los alumnos); sigue siendo un colegio de referencia en mi ciudad natal, tantos años después...
No me formaron mal; aprendí cosas; había de todo (tanto en el lado de los profes como en el de los alumnos); sigue siendo un colegio de referencia en mi ciudad natal, tantos años después...
#669
Yo fui a los Escolapios y entonces no se pagana las fortunas que ahora por los colegios privados, no se si estarían concertados (o fórmula similar anterior a esto de los conciertos); pero mis hermanas iban a momnjas (la Enseñanza, de las Conpañía de María, cerca del mío) y mi padre, en esa épca no nos hubiear pododso pagar tres colegio al precio de lo que están, imagino que el Estado correría con parte de los gastos y la iglesia con otros y los padres con una parte, en esos años 60 y 70 a los que me refiero, em Logroño, casi todos los chavales de clase media y acomodadada (psea el grueso de aquel logroño de sólo 70.000 habitantes) íbamos a colegios de curas: los Escolapios, los Maristas y los Jesuítas y las chicas a las Escolapaias, las Agustinas y la Enseñanza y luego algún otro, más paletillo como los Boscos y alguno más ( a parte de uno de O`pus superpijo que, para la liberalidad acomodada; pero epicúrea, vividora y tolerante de los logroñeses, siempre pareció de otra galaxia). Escuelas nacionales había algunas e institutos muy pocos, el Sagasta y luego hicieron el del Huyar, cuando yo tendría unos 15 años, y más tarde el de Lardero.
Con la Democracia cambiaron los usos, la gente empezó a pasarse a la escuela pública por principio, porque los curas empezaron a costar más caro, porque la educación en la pública mejoró a la de los frailecitos; y ahora en Logroño capital debe haver bastantes más institutos; pero hace 40-45 años, ir a la pública era de desgaciadetaes, bno se en Madrid; pero en Logroño, en Bilbao en ciudades así que yo conozco, al menos sí.
También es verdad que de aquel Logroño va quedando menos (sobre todo en población, que, en la práctica en invierno, será de más cuatro veces aquella y en la cantidad de inmigrantes, (¿dónde van los chavales de la numerosísima colonia paquistaní logroñesa?)
Yo fui a los Escolapios y entonces no se pagana las fortunas que ahora por los colegios privados, no se si estarían concertados (o fórmula similar anterior a esto de los conciertos); pero mis hermanas iban a momnjas (la Enseñanza, de las Conpañía de María, cerca del mío) y mi padre, en esa épca no nos hubiear pododso pagar tres colegio al precio de lo que están, imagino que el Estado correría con parte de los gastos y la iglesia con otros y los padres con una parte, en esos años 60 y 70 a los que me refiero, em Logroño, casi todos los chavales de clase media y acomodadada (psea el grueso de aquel logroño de sólo 70.000 habitantes) íbamos a colegios de curas: los Escolapios, los Maristas y los Jesuítas y las chicas a las Escolapaias, las Agustinas y la Enseñanza y luego algún otro, más paletillo como los Boscos y alguno más ( a parte de uno de O`pus superpijo que, para la liberalidad acomodada; pero epicúrea, vividora y tolerante de los logroñeses, siempre pareció de otra galaxia). Escuelas nacionales había algunas e institutos muy pocos, el Sagasta y luego hicieron el del Huyar, cuando yo tendría unos 15 años, y más tarde el de Lardero.
Con la Democracia cambiaron los usos, la gente empezó a pasarse a la escuela pública por principio, porque los curas empezaron a costar más caro, porque la educación en la pública mejoró a la de los frailecitos; y ahora en Logroño capital debe haver bastantes más institutos; pero hace 40-45 años, ir a la pública era de desgaciadetaes, bno se en Madrid; pero en Logroño, en Bilbao en ciudades así que yo conozco, al menos sí.
También es verdad que de aquel Logroño va quedando menos (sobre todo en población, que, en la práctica en invierno, será de más cuatro veces aquella y en la cantidad de inmigrantes, (¿dónde van los chavales de la numerosísima colonia paquistaní logroñesa?)
Cuando empecé a estudiar en el conservatorio (1976), el nivel de la enseñanza era realmente penoso. Para empezar el profesor tenía un arreglillo con la tienda de instrumentos a la que te aconsejaba ir a comprarlo, y cuando llegabas allí, él ya tenía apalabrado su porcentaje. Luego en junio te ponía la nota más baja posible y te ofrecía clases particulares por el verano. Al año siguiente podías subir la nota. Había un local de ensayos donde daba las clases y sin otra cosa que hacer y a la espera del bolo veraniego de turno, el profe llegaba a las clases que se caía de borracho. Sobra decir de qué nivel era la enseñanza "profesional" que te ofrecía.
zoolansky escribió:o directamente el tortazo
En mi colegio eran bastante tolerantes, pero canear, caneaban. No canté jamás el cara al sol e íbamos a misa lo justo, menos mal, porque yo, careciendo de fe desde mi más temprana edad, dedicaba aquellos ratos de liturgia a pensar guarradas, hasta tal punto que me empalmaba y por eso tengo la chorra arqueada en plan gancho hacia abajo, de apoyarme (o, en este caso, apollarme) contra el reclinatorio a la mímnima para que no se me viera el mango en posición de ataque.
Pero collejas de nuca o de patilla, tirones de orejas y demás sí daban. Y hostias, no con saña; pero sí.
Una vez nos castigaron a no salir al patio y quedarnos en la galería, por habernos portado mal; pero el padre que nos cuidaba se apiadó y nos ofreció una alternativa humanitaria: ponernos en fila e irnos dando un cachete (leve, la verdad) a cada uno y, tras el castigo merecido, correr al patio a gozar del aire libre. Era curioso una fila de treinta niños (como paracaidistas) que iban siendo cacheteados y cuando les daba la leche salían corriendo al grito de ¡Bieeeennn !
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