En parte estoy de acuerdo con Mrkeyboard, en que quizá puede ser frívolo meter una carrera artística como la composición en un plan de estudios donde te dan un titulo al lograr una cantidad de objetivos concretos. Pienso que la composición no se puede enseñar, nadie te puede enseñar a componer. Te pueden enseñar armonía, contrapunto, formas musicales, etc., pero a componer, eso nadie te lo puede enseñar, es algo que hay que explorar y vivir por uno mismo. Hay músicos que saben todo esto, y no pueden (o no quieren) componer.
Tampoco creo que para poder componer se necesite un "don" especial, pienso que todo es cuestión de ponerse a explorar el sonido, las sensaciones, etc. El conocer ciertas técnicas de composición, es útil, por supuesto. Son herramientas que te pueden guiar y/o marcar un camino en el proceso de composición, pero nada más. Sin embargo, doy un voto a favor del academicismo, porque indudablemente es más efectivo el proceso de aprendizaje a través de un plan de estudios. En mi opinión, que primero fui "autodidacta" y luego hice estudios formales, es mucho más efectivo y enriquecedor el aprender a través de un plan de estudios, que aprender "uno solo", entre comillas, porque tampoco creo en eso que llaman ser autodidacta, porque sea como sea, el "autodidacta" está aprendiendo de otros músicos, de otros artistas, simplemente que sin la guía presencial de un maestro. Nadie puede componer sin haber antes escuchado y tocado música, y haber asimilado ese lenguaje. Componer no es nada más que recrear. El compositor, o el artista, recrea lo que ha escuchado/visto, etc., Con la práctica y la madurez, se desarrolla el estilo propio, lo que marca la diferencia de un artista a otro.
La parte "espiritual", "sentimental", etc., de la música, siempre va a ser subjetiva. La música es un arte abstracto, y en últimas, las sensaciones que produce la música, pueden variar de oyente a oyente, y ser opuestas a la intención del compositor; aunque efectivamente existen patrones musicales que están inmersos en la cultura musical y que se relacionan con ciertos estados de ánimo, pero la última palabra la tiene el oyente, que interpretará la música dependiendo de diversos factores, como lo puede ser su situación personal, hasta sus conocimientos musicales. Seguramente una persona que acaba de tener un duelo, será mucho más sensible a ciertos esquemas musicales que otro. De igual modo, una persona con mayor cultura musical, tendrá una visión muy diferente de la estética musical, a la que tiene una persona con un limitado y pobre conocimiento de estilos y géneros musicales. De ahí la relatividad de todo, lo que para algunos es ruido, para otros es música, lo que para algunos es bello, para otros es burdo, lo que para algunos es profundo, para otros es superficial, infantil, etc.,...