(Quiero aclarar que respeto la opinión de todo el mundo, aquí mi visión personal)
Desde bien pequeño se puede decir que empecé a "toquetear" pianos de juguete, incluso antes de aprender a hablar o andar. Mientras adquiría más grado de conciencia , sentía que la música sería para mí como el lazarillo al ciego. Era el aliado perfecto para transmitir sentimientos que mi timidez me impedía, se convirtió en mi primera lengua. Poco a poco fui creciendo como persona y músico casi sin darme cuenta, y el piano se convirtió en mi compañero inseparable. Hasta tal punto que tras casi 20 años sigo hablando y expresándome a través de él.
¿Quién me enseñó a hablar en la que se convirtió mi primera lengua?. Pues sinceramente creo que me pasó como nos pasa con las acciones vitales, tal como el respirar, el latir del corazón.. que no se aprende, naces con ello. Eso sí, conté con la ayuda de mi compañero, sí, el piano. Él solito fue poco a poco desvelándome día a día sus secretos, y a día de hoy sigue regalándomelos a cuentagotas. Es desesperante controlarlo de esta forma, pero para eso están los conservatorios, para "usarlos" como "instrumentos", como "reproductores de música", como "almas encarceladas y cuadriculadas". Prefiero al igual que los buenos amantes de los animales, disfrutar de él en libertad, convertirlo en una prolongación de mi alma y así expresar sentimientos que no pueden expresar las palabras.
En ocasiones es magnífico ver lo que la tecnología ha conseguido. Como el recordar un gran momento a través de una fotografía, el poder recorrer magníficos lugares a través de la pantalla en los que jamás estaríamos, hablar con alguien a miles de kilómetros... pero hay algo menos "tecnológico" que me cautiva y fascina más.
Pude darme cuenta de ello cuando en la adolescencia, tras sufrir el fallecimiento de mi abuelo materno, compuse la que sería mi primera obra. Tras acabarla se la enseñé a varios amigos/as del colegio, de mi círculo por aquel entonces... no constaba de una estructura clara, metodología ni de tecnicismo alguno, de lo que sí rebosaba era de sentimientos. Me impactó ver como aquellas personas, simplemente escuchando aquella melodía, empezaron a llorar.
Por eso jamás podré entender a la gente que llama música a lo que se oye en las discotecas, que más bien es ruido. Jamás podré entender a quien en la música ve solamente dinero, a costa de prostituir y maltratar a los músicos.
Jamás podré entender a la gente que ni se inmutan al oír un tema de música clásica cargado de sentidos.
Para mí la música es magia, paraos a pensar y cerrad los ojos mientras escucháis por ejemplo el Claro de Luna de Beethoven; ¿no es sorprendente como tras más de 300 años y sin conocerle personalmente, nos transmite como se sentía al momento de componerla? O en la actualidad, alguien como Ennio Morricone, John Williams o Hans Zimmer reflejan fielmente en bandas sonoras lo que intentan transmitir grandes genios del cine y solamente lo consiguen con la fuerza de la música...
Así que para mí la música es lo anteriormente dicho: magia, una forma de vida y una forma de contar tu día a día. Y lo que más me fascina, además de componer para terceros bandas sonoras, es ser el compositor de la banda sonora de mi propia vida.
... y para ti, ¿qué es la música?
Desde bien pequeño se puede decir que empecé a "toquetear" pianos de juguete, incluso antes de aprender a hablar o andar. Mientras adquiría más grado de conciencia , sentía que la música sería para mí como el lazarillo al ciego. Era el aliado perfecto para transmitir sentimientos que mi timidez me impedía, se convirtió en mi primera lengua. Poco a poco fui creciendo como persona y músico casi sin darme cuenta, y el piano se convirtió en mi compañero inseparable. Hasta tal punto que tras casi 20 años sigo hablando y expresándome a través de él.
¿Quién me enseñó a hablar en la que se convirtió mi primera lengua?. Pues sinceramente creo que me pasó como nos pasa con las acciones vitales, tal como el respirar, el latir del corazón.. que no se aprende, naces con ello. Eso sí, conté con la ayuda de mi compañero, sí, el piano. Él solito fue poco a poco desvelándome día a día sus secretos, y a día de hoy sigue regalándomelos a cuentagotas. Es desesperante controlarlo de esta forma, pero para eso están los conservatorios, para "usarlos" como "instrumentos", como "reproductores de música", como "almas encarceladas y cuadriculadas". Prefiero al igual que los buenos amantes de los animales, disfrutar de él en libertad, convertirlo en una prolongación de mi alma y así expresar sentimientos que no pueden expresar las palabras.
En ocasiones es magnífico ver lo que la tecnología ha conseguido. Como el recordar un gran momento a través de una fotografía, el poder recorrer magníficos lugares a través de la pantalla en los que jamás estaríamos, hablar con alguien a miles de kilómetros... pero hay algo menos "tecnológico" que me cautiva y fascina más.
Pude darme cuenta de ello cuando en la adolescencia, tras sufrir el fallecimiento de mi abuelo materno, compuse la que sería mi primera obra. Tras acabarla se la enseñé a varios amigos/as del colegio, de mi círculo por aquel entonces... no constaba de una estructura clara, metodología ni de tecnicismo alguno, de lo que sí rebosaba era de sentimientos. Me impactó ver como aquellas personas, simplemente escuchando aquella melodía, empezaron a llorar.
Por eso jamás podré entender a la gente que llama música a lo que se oye en las discotecas, que más bien es ruido. Jamás podré entender a quien en la música ve solamente dinero, a costa de prostituir y maltratar a los músicos.
Jamás podré entender a la gente que ni se inmutan al oír un tema de música clásica cargado de sentidos.
Para mí la música es magia, paraos a pensar y cerrad los ojos mientras escucháis por ejemplo el Claro de Luna de Beethoven; ¿no es sorprendente como tras más de 300 años y sin conocerle personalmente, nos transmite como se sentía al momento de componerla? O en la actualidad, alguien como Ennio Morricone, John Williams o Hans Zimmer reflejan fielmente en bandas sonoras lo que intentan transmitir grandes genios del cine y solamente lo consiguen con la fuerza de la música...
Así que para mí la música es lo anteriormente dicho: magia, una forma de vida y una forma de contar tu día a día. Y lo que más me fascina, además de componer para terceros bandas sonoras, es ser el compositor de la banda sonora de mi propia vida.
... y para ti, ¿qué es la música?